La tolerancia de relaciones entre personas del mismo sexo en la sociedad clásica griega es conocida. Sin embargo, la conoceremos mejor a través de sus representaciones artísticas
En la Grecia Clásica, la homosexualidad, además de ser respetada, estaba apoyada por la religión, ya que su mitología estaba repleta de mitos en los que se incluía claramente temas homosexuales. Podemos observarlo por ejemplo en el mito de Dafnis, un joven pastor siciliano, que es seducido por Zeus, o bien entre Aquiles y Patroclo. Esto derivó en la representación artística de escenas homosexuales, que con el tiempo se fueron haciendo más complejas y bellas.
Una de las fuentes históricas más importantes para estudiar la homosexualidad en la antigua Grecia son los vasos cerámicos. Las polis griegas eran el mayor centro comercial de la época, y por tanto su cerámica se extendió por todo el Mediterráneo. Al principio esta cerámica estaba poco decorada, pensada para el trasiego comercial. Con el tiempo, la decoración se perfeccionó hasta convertirse en obras de arte por si mismas, sin uso comercial más que por su decoración. Los temas eran variados, entre ellos escenas sexuales, tanto heterosexuales como homosexuales.
El significado artístico de estos vasos en la cultura griega son algo más que representaciones estéticas, pues nos permiten conocer la complejidad de la sociedad antigua griega, sus prácticas sociales y su estilo de vida cotidiana. El contexto histórico siempre es importante, pero aun más es hacer introspección en las particularidades de quienes vivieron en esta época.
Las relaciones sexuales más comunes consistían en la relación entre un hombre de mediana edad y un joven adolescente. A dicha relación se le llamaba "pederastia". Tiene un significado diferente al actual (el abuso sexual ilegal hacia un niño), pues en la Grecia Clásica la pederastia era consentida por el joven. Es más, el adolescente buscaba a un hombre con experiencia sexual para que le iniciara en el conocimiento del sexo.
La sociedad griega tenía como práctica educativa que un adulto educara al joven a través de la institución social de la pederastia. Más allá del terreno sexual, esta práctica se extendía a los conocimientos académicos, militares o la política. Al adulto se le denominaba "erastés", amante, y al joven "erómenos", amado. Era una relación de autoridad, y por eso la práctica sexual era muchas veces símbolo de dominación para los poderosos, y de sumisión para los débiles.
Por otra parte la homosexualidad femenina también se daba en la Antigua Grecia. No obstante, las referencias historiográficas y arqueológicas son mucho menores. A la relación lésbica se le denominaba "tríbada" (del verbo griego tribo, frotar). Aunque hoy usamos la palabra lésbico, cuya etimología también es griega, procedente de Safo, poetisa de la Isla de Lesbos (actual Grecia) quien es conocida por sus poemas dedicados a romances entre mujeres.
Hay que tener presente que la sexualidad en la antigüedad no se basaba en la dualidad heterosexual/homosexual como identificador social de la orientación sexual, sino sencillamente en pasivo/activo. Así pues, a nuestros ojos, la bisexualidad en la Antigua Grecia era lo más extendido, aunque dependía de la clase social. La sociedad helena se cimentaba con los conceptos de amor/reproducción y sexo/placer.
Sin embargo también hay otra visión. La interpretación de que lo que conocemos de la sexualidad en la Antigua Grecia pertenece únicamente a la clase aristocrática, la cual se relacionaba entre sí mediante matrimonios concertados. Su fin era el mantenimiento del poder, del estatus social, y por último, de la reproducción. Por tanto, no había amor, que se trata de un concepto contemporáneo. El sexo se asociaba al amor entre dos personas, que al menos en las clases altas eran habitualmente del mismo sexo. Desconocemos la vida sexual de las clases pobres, quienes seguramente tendrían una sexualidad muy diferente.
En consecuencia, los vasos más ricamente decorados pertenecientes a las clases aristocráticas son los que contienen escenas homosexuales, mientras que los vasos de las clases humildes tienen otra serie de temas: religiosos, mitológicos... Además, el arte nos ha permitido conocer que no todas las relaciones homosexuales en Grecia eran entre un adulto y un joven. La práctica homosexual se extendía por todas las edades.
Fuente: Cascaraamarga.com
En la Grecia Clásica, la homosexualidad, además de ser respetada, estaba apoyada por la religión, ya que su mitología estaba repleta de mitos en los que se incluía claramente temas homosexuales. Podemos observarlo por ejemplo en el mito de Dafnis, un joven pastor siciliano, que es seducido por Zeus, o bien entre Aquiles y Patroclo. Esto derivó en la representación artística de escenas homosexuales, que con el tiempo se fueron haciendo más complejas y bellas.
Una de las fuentes históricas más importantes para estudiar la homosexualidad en la antigua Grecia son los vasos cerámicos. Las polis griegas eran el mayor centro comercial de la época, y por tanto su cerámica se extendió por todo el Mediterráneo. Al principio esta cerámica estaba poco decorada, pensada para el trasiego comercial. Con el tiempo, la decoración se perfeccionó hasta convertirse en obras de arte por si mismas, sin uso comercial más que por su decoración. Los temas eran variados, entre ellos escenas sexuales, tanto heterosexuales como homosexuales.
El significado artístico de estos vasos en la cultura griega son algo más que representaciones estéticas, pues nos permiten conocer la complejidad de la sociedad antigua griega, sus prácticas sociales y su estilo de vida cotidiana. El contexto histórico siempre es importante, pero aun más es hacer introspección en las particularidades de quienes vivieron en esta época.
Las relaciones sexuales más comunes consistían en la relación entre un hombre de mediana edad y un joven adolescente. A dicha relación se le llamaba "pederastia". Tiene un significado diferente al actual (el abuso sexual ilegal hacia un niño), pues en la Grecia Clásica la pederastia era consentida por el joven. Es más, el adolescente buscaba a un hombre con experiencia sexual para que le iniciara en el conocimiento del sexo.
La sociedad griega tenía como práctica educativa que un adulto educara al joven a través de la institución social de la pederastia. Más allá del terreno sexual, esta práctica se extendía a los conocimientos académicos, militares o la política. Al adulto se le denominaba "erastés", amante, y al joven "erómenos", amado. Era una relación de autoridad, y por eso la práctica sexual era muchas veces símbolo de dominación para los poderosos, y de sumisión para los débiles.
Por otra parte la homosexualidad femenina también se daba en la Antigua Grecia. No obstante, las referencias historiográficas y arqueológicas son mucho menores. A la relación lésbica se le denominaba "tríbada" (del verbo griego tribo, frotar). Aunque hoy usamos la palabra lésbico, cuya etimología también es griega, procedente de Safo, poetisa de la Isla de Lesbos (actual Grecia) quien es conocida por sus poemas dedicados a romances entre mujeres.
Hay que tener presente que la sexualidad en la antigüedad no se basaba en la dualidad heterosexual/homosexual como identificador social de la orientación sexual, sino sencillamente en pasivo/activo. Así pues, a nuestros ojos, la bisexualidad en la Antigua Grecia era lo más extendido, aunque dependía de la clase social. La sociedad helena se cimentaba con los conceptos de amor/reproducción y sexo/placer.
Sin embargo también hay otra visión. La interpretación de que lo que conocemos de la sexualidad en la Antigua Grecia pertenece únicamente a la clase aristocrática, la cual se relacionaba entre sí mediante matrimonios concertados. Su fin era el mantenimiento del poder, del estatus social, y por último, de la reproducción. Por tanto, no había amor, que se trata de un concepto contemporáneo. El sexo se asociaba al amor entre dos personas, que al menos en las clases altas eran habitualmente del mismo sexo. Desconocemos la vida sexual de las clases pobres, quienes seguramente tendrían una sexualidad muy diferente.
En consecuencia, los vasos más ricamente decorados pertenecientes a las clases aristocráticas son los que contienen escenas homosexuales, mientras que los vasos de las clases humildes tienen otra serie de temas: religiosos, mitológicos... Además, el arte nos ha permitido conocer que no todas las relaciones homosexuales en Grecia eran entre un adulto y un joven. La práctica homosexual se extendía por todas las edades.
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