Una exposición en Badalona reúne unas 80 piezas arqueológicas que reflejan las múltiples tendencias sexuales de los romanos.
El Museo de Badalona (Barcelona) acoge, hasta el próximo 30 de junio, la exposición El sexo en la época romana, dirigida a un público adulto, que desvela los aspectos más íntimos de la vida de los romanos, desde la República hasta la instauración del cristianismo como religión oficial del Imperio romano, a finales del siglo IV d.C. La muestra reúne unas 80 piezas arqueológicas romanas de temática sexual, como por ejemplo la Venus de Badalona, del siglo I d.C., la pieza más emblemática del museo; el Vaso de Bílbilis, procedente de Calatayud, que formaba parte de una vajilla erótica romana; el Falo de Sasamón, hallado en Sasamón (Burgos), o un extenso conjunto de lámparas decoradas con escenas eróticas. Las piezas se exponen junto a una selección de textos latinos que hablan de la vida sexual de los romanos, de autores clásicos como Ovidio, Séneca, Plauto o Suetonio. «No cesen las palabras cariñosas, ni los dulces susurros, ni reprimáis en medio de los retozos las frases que os excitan», expresa Ovidio en su obra Ars amandi, del año 2 a.C., en la que explica que la pareja, tanto el hombre como la mujer, tiene que disfrutar del sexo con complicidad.
La exposición se divide en cinco grandes ámbitos: Sexo y matrimonio, dedicado a las relaciones entre hombres y mujeres, su evolución a través del tiempo y la posición que adoptaron corrientes filosóficas como el epicureísmo y el estoicismo ante las relaciones sexuales y el matrimonio; Sexo, seducción y belleza, sobre la atracción física y los recursos que se podían utilizar para seducir a la persona deseada; Prácticas sexuales, que describe las diversas formas de disfrutar del sexo, documentadas en la sociedad romana, y la consideración que se tenía de ellas; Las prácticas sexuales fuera del matrimonio, que incide en las múltiples relaciones que se podían entablar fuera de la pareja legalmente establecida, ya fuera con personas del mismo género, con personas que cobraban por practicar el sexo e incluso con animales, y, por último, Sexualidad divina, que se centra en las aventuras amorosas de Júpiter, Venus, Cupido, Hermafrodita, Príapo o Baco.
La sociedad romana era extraordinariamente activa respecto a la sexualidad. La prostitución, el adulterio, la heterosexualidad y la homosexualidad formaban parte de su vida diaria. Las pinturas y los objetos muestran la desinhibición y el desenfreno, pero también tenían sus propios tabús y su doble moral.
El Museo de Badalona (Barcelona) acoge, hasta el próximo 30 de junio, la exposición El sexo en la época romana, dirigida a un público adulto, que desvela los aspectos más íntimos de la vida de los romanos, desde la República hasta la instauración del cristianismo como religión oficial del Imperio romano, a finales del siglo IV d.C. La muestra reúne unas 80 piezas arqueológicas romanas de temática sexual, como por ejemplo la Venus de Badalona, del siglo I d.C., la pieza más emblemática del museo; el Vaso de Bílbilis, procedente de Calatayud, que formaba parte de una vajilla erótica romana; el Falo de Sasamón, hallado en Sasamón (Burgos), o un extenso conjunto de lámparas decoradas con escenas eróticas. Las piezas se exponen junto a una selección de textos latinos que hablan de la vida sexual de los romanos, de autores clásicos como Ovidio, Séneca, Plauto o Suetonio. «No cesen las palabras cariñosas, ni los dulces susurros, ni reprimáis en medio de los retozos las frases que os excitan», expresa Ovidio en su obra Ars amandi, del año 2 a.C., en la que explica que la pareja, tanto el hombre como la mujer, tiene que disfrutar del sexo con complicidad.
La exposición se divide en cinco grandes ámbitos: Sexo y matrimonio, dedicado a las relaciones entre hombres y mujeres, su evolución a través del tiempo y la posición que adoptaron corrientes filosóficas como el epicureísmo y el estoicismo ante las relaciones sexuales y el matrimonio; Sexo, seducción y belleza, sobre la atracción física y los recursos que se podían utilizar para seducir a la persona deseada; Prácticas sexuales, que describe las diversas formas de disfrutar del sexo, documentadas en la sociedad romana, y la consideración que se tenía de ellas; Las prácticas sexuales fuera del matrimonio, que incide en las múltiples relaciones que se podían entablar fuera de la pareja legalmente establecida, ya fuera con personas del mismo género, con personas que cobraban por practicar el sexo e incluso con animales, y, por último, Sexualidad divina, que se centra en las aventuras amorosas de Júpiter, Venus, Cupido, Hermafrodita, Príapo o Baco.
La sociedad romana era extraordinariamente activa respecto a la sexualidad. La prostitución, el adulterio, la heterosexualidad y la homosexualidad formaban parte de su vida diaria. Las pinturas y los objetos muestran la desinhibición y el desenfreno, pero también tenían sus propios tabús y su doble moral.
Fuente: National Geographic
Video de la exposición (lavanguardia.com)
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