Rómulo, tras fundar Roma con sus seguidores, se encontró que los únicos que poblaban la ciudad eran hombres y que también habían acudido a la ciudad refugiados, criminales, etc.
Es entonces cuando se le ocurre convocar a embajadores de los diferentes pueblos que por allí habitaban. En la reunión les propone que sus mujeres se uniesen en matrimonio con los hombres de Roma, los embajadores al ver la clase de hombres que vivían en la ciudad se negaron.
Viendo la situación decidieron celebrar unos juegos en honor del dios Neptuno e invitaron a los habitantes de los pueblos vecinos, los sabinos fueron los asistentes mayoritarios. Mientras los juegos se celebraban, los romanos se llevaron a las mujeres sin que los sabinos se enterasen, aun estando sentadas a su lado, porque estaban muy entretenidos los juegos.
Las mujeres aceptaron convertirse en sus esposas con la única condición de que ellas en la casa sólo se dedicasen al telar y fuesen las amas de la casa.
El rey de los sabinos, Tito Tacio, llamó a sus hombres para que tomaran sus armas para enfrentarse a los romanos por la traición.
Jacques Louis David (1748-1825), El rapto de las sabinas, Museo del Louvre |
En medio de la lucha, en un gran acto de coraje, se interpusieron entre los hombres exclamando que porque las que más iban a sufrir por esa batalla serían ellas ya que si morían los sabinos, morirían sus padres, sus hermanos, sus tíos, etc., y si morían los romanos, los que morirían serían sus maridos. Estos entendieron su postura y pararon su enfrentamiento llegando al acuerdo entre Rómulo y Tito Tacio de unir a sus pueblos con ellos dos como líderes.
Al morir Tito Tacio, Rómulo quedó como único líder, por tanto se convirtió en el primer rey de Roma.
0 Comentarios:
Publicar un comentario