LA CÓLERA DE AQUILES

Entrada publicada por Ana y Lola, 1º de Bachillerato

Aquiles nació de la unión de la diosa Tetis y el rey Peleo y fue un personaje muy importante en la Guerra de Troya puesto que aceptó su destino, prefirió morir como héroe y obtener con ello la inmortalidad de la fama, antes que ser mortal, y morir anciano en el reino de su padre. Su madre lo sumergió en la Laguna Estigia para hacerlo invulnerable, pero la zona del talón por donde lo tenía sujeto, no llegó a tocar el agua, quedando desprotegida y así fue ese su único punto débil.

Fresco del triclinio de una casa pompeyana, Pompeya, s. I d.C. - Aquiles recibe sus armas de manos de Vulcano, bajo la atenta mirada de Tetis que se refleja en el espejo

Fue uno de los integrantes más destacados de la expedición contra Troya, pero en un momento dado se retiró de los combates y se negó a luchar, porque se enfadó con Agamenón, quien le había quitado a su esclava Briseida. Su amigo Patroclo, con el que mantenía una profunda amistad, le pidió que le dejara sus armas para luchar en una escaramuza contra los troyanos, ya que Aquiles no iba a combatir y por tanto, no las va a necesitar.

Estas armas eran muy envidiadas porque las había fabricado Vulcano y se las había dado personalmente a Aquiles por petición de Tetis. Aquiles le prestó su coraza, casco y espada, y Patroclo se vistió con estas armas. Héctor luchó contra Patroclo, creyendo que era Aquiles, y le atravesó con su espada. Al despojarlo de las armas descubrió que no era quien creía.

Aquiles, cuando se enteró, lloró la muerte de su amigo y se cegó de rabia, comenzando así su otro ataque de cólera. Decidió retomar sus armas y seguir luchando, quiso vengar la muerte de su amigo, quiso matar a Héctor.

La furia de Aquiles, Giovanni Battista Tiepolo

Comenzó el duelo entre ambos y durante un largo tiempo la victoria estuvo indecisa, pero Aquiles conocía que el peto de Héctor no era acorazado, por lo que dirigió su lanza contra él y atravesó el pecho de su enemigo.

Una vez que hubo dado muerte a Héctor, lo despojó de sus armas, ató el cuerpo a su carro y lo arrastró por toda la ciudad durante 9 días, humillando así a Troya.