Casi toda España está salpicada de restos romanos, muestra de la importantísima presencia de la Roma clásica en nuestro territorio durante cerca de seis siglos. De entre ellos, los que más atención suelen recibir son los más espectaculares: el acueducto de Segovia, el teatro de Mérida... Pero hay otros restos, los de las villas romanas, que nos enseñan muchísimo sobre la vida cotidiana de quienes vivieron a nuestro lado hace cerca de dos mil años.
Ahora, doce de las más significativas y mejor conservadas de entre esas villas se han unido en la red de cooperación Villas Romanas de Hispania para potenciarlas como puntos de interés turístico, además de prestarse asistencia en labores de investigación y conservación. También se pretende crear un portal web y una imagen de marca conjunta. Estas son las doce villas, repartidas por toda la península.
1.- Fuente Álamo (Puente Genil, Córdoba)
Situada a unos 3 kilómetros de Puente Genil, Fuente Álamo es un estupendo ejemplo de villa agrícola de época tardorromana. Su época de esplendor fue a finales del siglo IV y principios de V y se mantuvo habitada hasta comienzos de la dominación musulmana. El conjunto se compone de dos residencias, una de las cuales fue seguramente usada como residencia de verano.
Pero el gran atractivo de Fuente Álamo son sus mosaicos, los cuales demuestran la riqueza que poseyeron los habitantes de esta villa. De entre ellos destaca un singular mosaico nilótico, es decir, que representa escenas de pigmeos y grullas a orillas del Nilo. Además de ser este tipo de motivos decorativos muy raro en Hispania, hay otra cosa que lo hace singular: algunos expertos afirman que el mosaico puede leerse como un primitivo “tebeo” que narra una historieta en viñetas.
2.- El Ruedo (Almedinilla, Córdoba)
También en Córdoba se encuentra El Ruedo, villa que fue habitada entre el siglo I y el V. Por sus muchos años de ocupación, fue ampliada y reconstruida en varias ocasiones, por lo que se puede contemplar la evolución del edificio, que refleja los cambios en el estatus y las vidas de sus habitantes. Junto a ella se halló también una necrópolis de los siglos IV-VII.
Quizá lo más notable de esta villa es la colección de esculturas que se encontró en ella y que se puede visitar en el museo arqueológico del cercano pueblo de Almedinilla. Las esculturas representan leyendas y personajes mitológicos, como Perseo y Andrómeda (conjunto de fines del siglo I o comienzos del II) o el dios del sueño, Somnus (bronce del siglo II).
3.- Almenara-Puras (Almenara de Adaja / Puras, Valladolid)
También tardorromana es la vallisoletana villa de Almenara-Puras, habitada entre los siglos IV y V. Se trata de una casa de campo de cierto lujo, con unas termas que se fueron ampliando hasta adquirir relativa importancia y algunos mosaicos que nos han llegado muy bien conservados, entre ellos uno que representa a Pegaso.
Junto a las ruinas de la villa se ha levantado un museo dividido en seis secciones: «Una villa romana y tipos de villas», «La actividad económica en las villas», «Villas y naturaleza», «El ocio», «La religión» y «El brillo del ocaso». Además se ha creado una reconstrucción ideal de lo que pudiera haber sido en su época de esplendor una villa como esta.
4.- Arellano (Navarra)
Situada muy cerca de Estella, la villa de Arellano nació en el siglo I y fue al parecer un centro dedicado principalmente a la producción de vino hasta el siglo III. Posteriormente, en los siglo IV y V, se convirtió en una lujosa residencia campestre cuyos propietarios estuvieron muy ligados al culto de la diosa Cibeles y su amante Atis, deidades «importadas» por los romanos desde oriente.
A esta villa también se la denomina la «Villa de las Musas», debido al gran tesoro que se encontró en ella: un espectacular mosaico que representa a las nueve Musas. Este se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional, pero en Arellano se puede visitar una minuciosa reproducción en el mismo lugar en que se encontraba originalmente.
5.- Carranque (Toledo)
El Parque Arqueológico de Carranque no acoge sólo una villa de finales del siglo IV que sirvió como vivienda, sino que en torno a ella se han hallado (y se siguen excavando) otros edificios relacionados con la misma.
Destacan entre ellos el «palatium», un edificio civil decorado con mármoles traídos desde Oriente y Egipto y mosaicos que ya anticipan el arte bizantino y que posteriormente sirvió durante siglos como iglesia, monasterio y ermita, y el mausoleo. En la vivienda propiamente dicha -conocida como «villa de Materno»- se han encontrado veinte habitaciones pavimentadas con mosaicos.
En torno a este conjunto se ha construido un centro de interpretación en el que se exponen otras piezas encontradas en las excavaciones y se intenta dar una idea de lo que pudo ser la vida en la zona a finales de la época romana, a través de maquetas y recursos audiovisuales.
6.- Centcelles (Constantí, Tarragona)
Situada muy cerca de la antigua Tarraco, la villa de Centcelles fue construida durante los siglos II-III, si bien gran parte de lo conservado actualmente procede de una reconstrucción y ampliación llevada a cabo durante el siglo IV. En esta época la villa pasó a ser una residencia monumental, que contaba con sus propias termas anexas.
Posteriormente, el edificio principal siguió teniendo importancia a lo largo de los siglos, sirviendo como iglesia, ermita y hasta como masía en los siglos XIX y XX.
Lo más singular es una habitación que a partir del siglo IV fue empleada como mausoleo de algún personaje de cierta importancia. Esta sala constituye un importantísimo ejemplo de arte paleocristiano y aún se conservan parte de las decoraciones de las paredes y de la cúpula con la que fue rematada la estancia.
7.- Els Munts (Altafulla, Tarragona)
Se cree que esta villa, también muy cercana a Tarragona, fue en su momento la residencia de Cayo Valerio Avito, uno de los magistrados que gobernaron Tarraco en el siglo II. Para demostrar su importancia, Avito se construyó una inmensa villa de dos plantas, ricamente decorada, con vistas al mar, grandes jardines, gimnasio y termas. A esto se unía una explotación agrícola bastante considerable, que aumentaba la riqueza del personaje. La etapa de esplendor de la villa terminó con un incendio en el año 260, probablemente fruto de una invasión bárbara.
Gran parte de los materiales encontrados en las excavaciones se hallan actualmente en el museo arqueológico de Tarragona, pero aún es posible visitar in situ los restos de muchas estancias, así como de las termas, adornadas por mosaicos.
8.- Fortunatus (Fraga, Huesca)
Esta villa oscense, construida allá por el siglo II, recibe el nombre de Fortunatus por aparecer este en un mosaico del siglo IV, que según algunos podría indicar el nombre del propietario por aquel entonces de la villa (aunque otros afirman que la inscripción querría decir tan sólo «nacido de la Fortuna», una frase asociada con el culto de la diosa Cibeles).
Se trataba de una casa rural, ligada a una próspera explotación agrícola que permitió a sus propietarios decorar la casa con hermosos mosaicos. Es curioso comprobar, en algunos de estos mosaicos de época tardorromana, la mezcla de elementos paganos y cristianos; por ejemplo, conviven una estatua de Atis o un mosaico sobre Eros y Psique con el símbolo cristiano del crismón. Y ya que mencionamos la influencia paleocristiana, no se puede dejar de mencionar que junto a los restos de esta villa se erigió en el siglo VI una muy notable basílica.
9.- La Olmeda (Pedrosa de la Vega, Palencia)
Esta villa agrícola, levantada en el siglo I y que vivió una segunda etapa de gloria en el siglo IV, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1996 y está protegida desde 2009 por unas instalaciones que han sido premiadas por la sociedad conservacionista Europa Nostra. Esta importancia se debe al buen estado de muchos de los restos encontrados, que incluyen la vivienda propiamente dicha, unos baños y tres necrópolis en las que se han hallado más de 700 tumbas que han proporcionado gran cantidad de información sobre la época.
Pero lo más importante es el conjunto de mosaicos de la villa, uno de los más ricos de España. Entre ellos es especialmente espectacular el que adorna el suelo del «oecus» o salón central: este representa una escena de caza, varios medallones con retratos y -en su parte central- el mito de cómo Odiseo encontró a Ulises en la isla de Esciros y le tendió una trampa para convencerle de luchar en la guerra de Troya.
10.- La Loma del Regadío (Urrea de Gaén, Teruel)
Frente a la suntuosidad de otras villas, esta residencia turolense de finales del siglo III o principios del IV parece haber sido relativamente modesta. Desde luego, como todas las villas, se trataba de la residencia de un terrateniente que vivía con cierto lujo; pero la relativa sencillez de la mayoría de los mosaicos y la escasez de pinturas murales hacen pensar que su propietario no tenía un estatus excesivamente elevado.
Quizá más interesantes resultan, por tanto, alguno de los hallazgos realizados en la «pars rustica» de la villa (la zona agrícola propiamente dicha, donde vivían los siervos y esclavos y se encontraban los utensilios dedicados a la explotación de la finca). Por ejemplo, las cinco prensas y los depósitos destinados a la producción de aceite -o, menos probablemente, de vino-, que demuestran que esta debió de ser bastante considerable.
11.- Veranes (Gijón, Asturias)
Esta villa, situada a las afueras de Gijón, se construyó en el siglo IV sobre las ruinas de una vivienda anterior y continuó ampliándose durante todo ese siglo. Se trataba de una instalación predominantemente agrícola de cuya zona residencial puede contemplarse claramente el trazado y algunos restos de pavimento, entre los que destaca el mosaico polícromo del salón o «oecus».
En torno a esta villa se ha construido un centro de recepción e interpretación que ofrece videoguías a través de las que se pueden contemplar reproducciones de cada estancia de la villa. Además, en Veranes se han realizado en los últimos años actividades como visitas teatralizadas (guiadas por un «fauno») o degustaciones gastronómicas.
12.- Villaricos (Mula, Murcia)
Ocupada desde la segunda mitad del siglo I, esta villa situada en el centro de la Región de Murcia es una buena muestra de la extensión de este tipo de casas de campo por el sudeste peninsular en esa época, en la que aumentó mucho la importancia de las explotaciones agropecuarias en la zona. Se mantuvo habitada hasta inicios del siglo VI, cuando pasó a usarse principalmente como necrópolis.
Lo más notable de esta villa, aparte de la zona residencial y las termas, es el «torcularium» o almazara para la producción de aceite, que tiene un muy ingenioso sistema de conducción que canalizaba el aceite hasta la pileta en la que se almacenaba.
Fuente: ABC
Ahora, doce de las más significativas y mejor conservadas de entre esas villas se han unido en la red de cooperación Villas Romanas de Hispania para potenciarlas como puntos de interés turístico, además de prestarse asistencia en labores de investigación y conservación. También se pretende crear un portal web y una imagen de marca conjunta. Estas son las doce villas, repartidas por toda la península.
1.- Fuente Álamo (Puente Genil, Córdoba)
Mosaico de las Gracias |
Pero el gran atractivo de Fuente Álamo son sus mosaicos, los cuales demuestran la riqueza que poseyeron los habitantes de esta villa. De entre ellos destaca un singular mosaico nilótico, es decir, que representa escenas de pigmeos y grullas a orillas del Nilo. Además de ser este tipo de motivos decorativos muy raro en Hispania, hay otra cosa que lo hace singular: algunos expertos afirman que el mosaico puede leerse como un primitivo “tebeo” que narra una historieta en viñetas.
2.- El Ruedo (Almedinilla, Córdoba)
Triclinio con el atrio al fondo. |
Quizá lo más notable de esta villa es la colección de esculturas que se encontró en ella y que se puede visitar en el museo arqueológico del cercano pueblo de Almedinilla. Las esculturas representan leyendas y personajes mitológicos, como Perseo y Andrómeda (conjunto de fines del siglo I o comienzos del II) o el dios del sueño, Somnus (bronce del siglo II).
3.- Almenara-Puras (Almenara de Adaja / Puras, Valladolid)
Mosaico de Pegaso |
Junto a las ruinas de la villa se ha levantado un museo dividido en seis secciones: «Una villa romana y tipos de villas», «La actividad económica en las villas», «Villas y naturaleza», «El ocio», «La religión» y «El brillo del ocaso». Además se ha creado una reconstrucción ideal de lo que pudiera haber sido en su época de esplendor una villa como esta.
4.- Arellano (Navarra)
Larario y vasijas para el vino (dolia) |
A esta villa también se la denomina la «Villa de las Musas», debido al gran tesoro que se encontró en ella: un espectacular mosaico que representa a las nueve Musas. Este se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional, pero en Arellano se puede visitar una minuciosa reproducción en el mismo lugar en que se encontraba originalmente.
5.- Carranque (Toledo)
Palatium |
Destacan entre ellos el «palatium», un edificio civil decorado con mármoles traídos desde Oriente y Egipto y mosaicos que ya anticipan el arte bizantino y que posteriormente sirvió durante siglos como iglesia, monasterio y ermita, y el mausoleo. En la vivienda propiamente dicha -conocida como «villa de Materno»- se han encontrado veinte habitaciones pavimentadas con mosaicos.
En torno a este conjunto se ha construido un centro de interpretación en el que se exponen otras piezas encontradas en las excavaciones y se intenta dar una idea de lo que pudo ser la vida en la zona a finales de la época romana, a través de maquetas y recursos audiovisuales.
6.- Centcelles (Constantí, Tarragona)
Villa de Centcelles |
Posteriormente, el edificio principal siguió teniendo importancia a lo largo de los siglos, sirviendo como iglesia, ermita y hasta como masía en los siglos XIX y XX.
Lo más singular es una habitación que a partir del siglo IV fue empleada como mausoleo de algún personaje de cierta importancia. Esta sala constituye un importantísimo ejemplo de arte paleocristiano y aún se conservan parte de las decoraciones de las paredes y de la cúpula con la que fue rematada la estancia.
7.- Els Munts (Altafulla, Tarragona)
Villa de Els Munts |
Gran parte de los materiales encontrados en las excavaciones se hallan actualmente en el museo arqueológico de Tarragona, pero aún es posible visitar in situ los restos de muchas estancias, así como de las termas, adornadas por mosaicos.
8.- Fortunatus (Fraga, Huesca)
Villa Fortunatus |
Se trataba de una casa rural, ligada a una próspera explotación agrícola que permitió a sus propietarios decorar la casa con hermosos mosaicos. Es curioso comprobar, en algunos de estos mosaicos de época tardorromana, la mezcla de elementos paganos y cristianos; por ejemplo, conviven una estatua de Atis o un mosaico sobre Eros y Psique con el símbolo cristiano del crismón. Y ya que mencionamos la influencia paleocristiana, no se puede dejar de mencionar que junto a los restos de esta villa se erigió en el siglo VI una muy notable basílica.
9.- La Olmeda (Pedrosa de la Vega, Palencia)
Mosaico |
Pero lo más importante es el conjunto de mosaicos de la villa, uno de los más ricos de España. Entre ellos es especialmente espectacular el que adorna el suelo del «oecus» o salón central: este representa una escena de caza, varios medallones con retratos y -en su parte central- el mito de cómo Odiseo encontró a Ulises en la isla de Esciros y le tendió una trampa para convencerle de luchar en la guerra de Troya.
10.- La Loma del Regadío (Urrea de Gaén, Teruel)
Villa romana de La Loma del Regadío |
Quizá más interesantes resultan, por tanto, alguno de los hallazgos realizados en la «pars rustica» de la villa (la zona agrícola propiamente dicha, donde vivían los siervos y esclavos y se encontraban los utensilios dedicados a la explotación de la finca). Por ejemplo, las cinco prensas y los depósitos destinados a la producción de aceite -o, menos probablemente, de vino-, que demuestran que esta debió de ser bastante considerable.
11.- Veranes (Gijón, Asturias)
Villa romana de Veranes |
En torno a esta villa se ha construido un centro de recepción e interpretación que ofrece videoguías a través de las que se pueden contemplar reproducciones de cada estancia de la villa. Además, en Veranes se han realizado en los últimos años actividades como visitas teatralizadas (guiadas por un «fauno») o degustaciones gastronómicas.
12.- Villaricos (Mula, Murcia)
Mosaico |
Lo más notable de esta villa, aparte de la zona residencial y las termas, es el «torcularium» o almazara para la producción de aceite, que tiene un muy ingenioso sistema de conducción que canalizaba el aceite hasta la pileta en la que se almacenaba.
Fuente: ABC
1 Comentarios:
Te dejas la de Baelo Claudia en Bolonia, Cadiz. Impresionante como todas las que relacionas.
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