La Oratoria se concibe como el arte de hablar bien, con corrección (ars bene dicendi),y, sobre todo, de manera persuasiva y convincente. La Retórica es, por otra parte, el arte teórico del discurso, es decir, la retórica convierte la práctica de la oratoria en un arte perfectamente reglado.
En los tratados de retórica se presentan las cinco facultades fundamentales que un orador debe dominar para construir un discurso:
- Inventio (invención): es la búsqueda de argumentos apropiados.
- Dispositio (disposición): la ordenación y colocación de los argumentos adecuados.
- Elocutio (elocución): elección de la forma más elegante para expresar las ideas(el ornato)
- Actio o pronuntiatio (acción o pronunciación): la modulación de la voz y el movimiento del cuerpo, gestos etc., para que el discurso sea persuasivo.
- Memoria: capacidad de retener todos los argumentos.
En estos mismos tratados se habla de tres tipos de discursos oratorios:
- Genus deliberativum (discurso deliberativo): pronunciado ante una asamblea para disuadirla de lo útil o pernicioso sobre un asunto.
- Genus demonstrativum (discurso demostrativo o epidictico): es la alabanza o crítica sobre una persona.
- Genus iudiciale (discurso judicial y forense) : pronunciado ante un tribunal.
También el estilo o tono de los discursos debía adecuarse a los distintos géneros de elocuencia, distinguiéndose también tres tipos de estilo o genera dicendi:
- Genus grande (estilo elevado)
- Genus medio (estilo medio)
- Genus tenue (estilo elegante)
Seguir leyendo ▼
Conforme a estos tratados, el discurso ha de estructurarse en una serie de partes:
- Exordium (exordio) Generalmente se trataba de preparar al auditorio para que estuviera atento y favorable a lo que se iba a decir después. A veces faltaba, pero la razón es que en ese momento no era necesario, ya que la gente estaba dispuesta a escuchar.
- Narratio (narración). Era la parte en la que se hacía la relación de los hechos. Ésta había de ser, según los maestros antiguos, breve, clara y verosímil. Generalmente iba a continuación del exordio, ya que era el momento de indicar de qué se trataba.
- Partitio (División) Se trataba de una especie de esquema de lo que iba a ser el discurso. Hortensio lo hacía siempre; Cicerón solía hacerlo al principio, y, en el De inventione, que habla de cómo ha de ser el discurso, lo cita como importante y necesario; pero más tarde dejó de hacerlo.
- Argumentatio (argumentación) Era una de las partes más importantes del discurso. Algunos autores hablan de una división en dos: confirmatio (pruebas positivas) y refutatio (respuesta a los argumentos del adversario), que no siempre se distinguen.
- Digressio (digresión) Ésta parte era un momento importante del discurso. El orador, después de la Argumentatio dejaba ir su imaginación, y trataba cuestiones ajenas al tema; pero de ninguna manera había perdido el hilo de la cuestión. Se trataba de agradar al auditorio, de dejarle un momento de respiro para que aceptara mejor las conclusiones a las que se iba a llegar.
- Peroratio (peroración o epílogo) Era la parte más necesaria del discurso, y donde el orador se permitía el mayor patetismo para conseguir lo que pretendía. En algunas ocasiones los oradores hacían una recapitulatio, un resumen o recuerdo somero de la argumentación.
En cuanto a
los autores, la historia de la
oratoria romana implica hablar de un antes y un después de
Cicerón, ya que su producción es inmensa , su actividad oratoria incansable y la calidad de su trabajo insuperable.
Cicerón
Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.) es el mas elocuente de los oradores latinos. Tuvo además una intensa vida política en la que llegó a ostentar el consulado en el año 63 a.C., durante el cual abortó la famosa conjuración de Catilina. Desde ese momento, Cicerón fue aclamado como salvador de la patria, apesar de no pertenecer a la clase patricia, que siempre le consideró un “homo novus”, algo así como un advenedizo.
Tratados de retórica
- De oratore y Orator: tratan de la formación del orador y de la técnica del discurso.
- Brutus: es una historia de la elocuencia en Roma, desde los orígenes hasta su época. Abarca desde la figura de Catón hasta la suya propia.
En todos ellos presenta al orador como modelo supremo de humanitas y en ellos expone las facultades que debe tener un buen orador.
Discursos
Se pueden dividir en discursos judiciales (pronunciados ante un tribunal como abogado o como acusador )y discursos políticos ( pronunciados en el Senado o en el Foro).
Por orden cronológico los más destacados son:
- In C. Verres ( conocido como Verrinas): Cicerón defiende a los sicilianos de su gobernador C. Verres, al que acusan de extorsión. Consiguió que el gobernador fuese desterrado.
- Pro Lege Manilia o De Imperio Cn. Pompei: apoya la propuesta de ley del tribuno Manilio en orden a que se conceda a Pompeyo el mando supremo de las tropas romanas en la guerra contra Mitrídates, rey del Ponto.
- In L. Catilinam (conocido como Catilinarias): Catilina, candidato al consulado junto con Cicerón, no es elegido. Trama una conjuración para hacerse con el poder. Cicerón, al tanto de las maquinaciones, pronuncia cuatro discursos contra Catilina en el Senado, el primero de ellos en presencia del propio Catilina. La actuación de Cicerón le acarreó una gloria apoteósica y el apelativo de "padre de la patria".
- Pro Archia poeta: toma como pretexto la defensa del poeta griego Arquías, al que se acusaba de usurpar el derecho de ciudadanía, para hacer elogio de las letras, en general, y de la poesía, en particular.
- Pro Marcello y Pro Ligario: Cicerón defiende a estos personajes ante César. Ambos habían sido enemigos del dictador.
- In M. Antonium Orationes Philippicae (conocidas como Filípicas): pronunciadas, como ya dijimos, contra Marco Antonio. Son 14 discursos. Fueron su canto de cisne como orador y, para muchos, sus mejores piezas oratorias.
Descargar documento
1 Comentarios:
Me gusta la literatura latina
Publicar un comentario