2:53:00 de duración
[+/-] | ROMA AL DESNUDO (serie de National Geographic en colaboración con Discovery Channel) |
National Geographic en colaboración con Discovery Channel presenta Roma al desnudo, una serie de documentales que proyecta y analiza los más emblemáticos nombres y lugares de la Antigua Roma. Sirviéndose de nuevas investigaciones, información proveniente de las excavaciones arqueológicas más recientes, tecnología del siglo XXI, imágenes generadas por computadora y elegantes dramatizaciones, se llevan a cabo grandes descubrimientos sobre los eventos que marcaron tanto al Imperio Romano como a las historias personales de sus gentes. Al ir más allá de la historia de los emperadores y de la élite romana, los expertos buscan las experiencias de las clases trabajadoras, ingenieros y soldados, para desafiar las ideas tradicionales de Roma, descubriendo una visión fresca de un imperio moderno y desmilitarizado.
EL COLISEO
Un estadio con capacidad para 50.000 personas. Un milagro arquitectónico moderno de 2.000 años de antigüedad. Aquí nacían las estrellas. Y aquí la vida terminaba. La gloria de Roma era revelada sin tapujos, aunque también quedaba al descubierto su lado más oscuro. Basándose en evidencias arqueológicas, el programa reconstruye el día en el que el Coliseo abrió por primera vez sus puertas para ofrecer peleas entre bestias, ejecuciones y un legendario duelo. Resultó glorioso, brutal, ingenioso, espectacular y aterrador. El Coliseo representaba a Roma y su primer día sentó las bases para el nacimiento de la industria del entretenimiento.
POMPEYA
Esta es la historia de un desastre como ningún otro. Cuando el Vesubio entró en erupción en el año 79 d.C., siete millones de toneladas de escombros cayeron sobre Pompeya, sellando la suerte de más de un millar de personas. El desastre también enterraba la ciudad del resto del mundo: conservada y protegida como ninguna otra sobre la faz de la Tierra. El redescubrimiento de Pompeya nos permitió el acceso al mundo antiguo. Y ahora, con nuevos hallazgos e innovadores planteamientos, este programa narra la historia de las gentes que se vieron sorprendidas por esta catástrofe.
CALÍGULA
Este episodio cuenta la historia del hombre que condujo a Roma hasta el infierno. Heredó un vasto Imperio, riqueza inimaginable y el amor de su pueblo, pero no supo aprovecharlo. Calígula masacró a sus enemigos y a sus amigos más cercanos. Conforme a los textos antiguos, su reinado se sumió en la paranoia, la depravación y la auténtica locura. Habitualmente era retratado como un monstruo pero se trataba de una persona real, de carne y hueso. Analizando los últimos hallazgos arqueológicos y sirviéndose de un informe de forenses psiquiátricos, este especial puede reconstruir una nueva imagen de los días más oscuros de una Roma liderada por la aterradora mente de Calígula.
OBRAS DE LA INGENIERÍA
Roma representaba un gran imperio, el poderío de una extraordinaria fuerza militar y la más avanzada civilización de la Tierra. Aunque apenas quedan huellas, la gran mayoría de las ruinas romanas permanecen enterradas bajo calles modernas. Este programa cuenta la historia de los antiguos romanos. Analizando nuevos hallazgos y siguiendo innovadoras líneas de pensamiento, las piezas del rompecabezas se van colocando en su lugar. Los antiguos romanos drenaron los pantanos y perfeccionaron el cemento, el material de construcción más versátil de la Tierra. Extrajeron miles de toneladas de mármol y las utilizaron para construir la capital de su imperio, siglos de innovación, durabilidad y ambición.
SUPERPOTENCIA
Durante 500 años, a través de miles y miles de kilómetros cuadrados, Roma luchó, reinó y prosperó. Hoy en día, los expertos todavía tratan de comprender la clave de su éxito. En las ruinas de su puerto, en la montaña de pruebas que dejaron sus gentes y en las fronteras más alejadas de su Imperio, se ha encontrado el secreto de los romanos: ambición, innovación y extrema organización. Junto a su diplomacia, brutalidad y voracidad insaciable, el programa recuerda su triunfo y caída: cinco siglos como el mayor imperio de la Tierra.
CÉSAR
Supuso el final del Imperio Romano y el nacimiento de la Roma Imperial. Una época de tiranía y traición, de grandes gestos públicos y dobles pactos secretos. En el año 44 a.C Julio César fue traicionado por sus amigos los senadores. Este programa descubre una conspiración cuyas semillas fueron plantadas mucho antes de que la puñalada final fuera asestada. Veremos cómo cada acción de Julio César lo condujo poco a poco hacia su propia muerte y cómo su ingenio, su ego y su ambición llevaron a Roma hasta la gloria y casi hasta el desastre. Fue calificado de héroe y de villano, al igual que el hombre que acabó con su vida. Esta es la historia de la muerte de Julio César.
LA CRISTIANDAD
Esta producción cuenta la historia de cómo Roma se rindió ante los cristianos. Se trataba de una superpotencia, la más poderosa del mundo antiguo, contra un culto secreto y pacifista nacido a miles de kilómetros de distancia. Probablemente el Cristianismo no debería haber sobrevivido, pero su triunfo se ha convertido en una de las victorias más extrañas de la historia. Sirviéndose de fuentes ancestrales y viajando a las profundidades del pasado de la ciudad de Roma, el programa revela cómo los primeros cristianos se infiltraron en Roma. Veremos cómo desde los primeros mártires hasta el primer Imperio, los cristianos utilizaron el mismo poder de Roma para difundir su mensaje.
Un estadio con capacidad para 50.000 personas. Un milagro arquitectónico moderno de 2.000 años de antigüedad. Aquí nacían las estrellas. Y aquí la vida terminaba. La gloria de Roma era revelada sin tapujos, aunque también quedaba al descubierto su lado más oscuro. Basándose en evidencias arqueológicas, el programa reconstruye el día en el que el Coliseo abrió por primera vez sus puertas para ofrecer peleas entre bestias, ejecuciones y un legendario duelo. Resultó glorioso, brutal, ingenioso, espectacular y aterrador. El Coliseo representaba a Roma y su primer día sentó las bases para el nacimiento de la industria del entretenimiento.
Esta es la historia de un desastre como ningún otro. Cuando el Vesubio entró en erupción en el año 79 d.C., siete millones de toneladas de escombros cayeron sobre Pompeya, sellando la suerte de más de un millar de personas. El desastre también enterraba la ciudad del resto del mundo: conservada y protegida como ninguna otra sobre la faz de la Tierra. El redescubrimiento de Pompeya nos permitió el acceso al mundo antiguo. Y ahora, con nuevos hallazgos e innovadores planteamientos, este programa narra la historia de las gentes que se vieron sorprendidas por esta catástrofe.
Este episodio cuenta la historia del hombre que condujo a Roma hasta el infierno. Heredó un vasto Imperio, riqueza inimaginable y el amor de su pueblo, pero no supo aprovecharlo. Calígula masacró a sus enemigos y a sus amigos más cercanos. Conforme a los textos antiguos, su reinado se sumió en la paranoia, la depravación y la auténtica locura. Habitualmente era retratado como un monstruo pero se trataba de una persona real, de carne y hueso. Analizando los últimos hallazgos arqueológicos y sirviéndose de un informe de forenses psiquiátricos, este especial puede reconstruir una nueva imagen de los días más oscuros de una Roma liderada por la aterradora mente de Calígula.

Roma representaba un gran imperio, el poderío de una extraordinaria fuerza militar y la más avanzada civilización de la Tierra. Aunque apenas quedan huellas, la gran mayoría de las ruinas romanas permanecen enterradas bajo calles modernas. Este programa cuenta la historia de los antiguos romanos. Analizando nuevos hallazgos y siguiendo innovadoras líneas de pensamiento, las piezas del rompecabezas se van colocando en su lugar. Los antiguos romanos drenaron los pantanos y perfeccionaron el cemento, el material de construcción más versátil de la Tierra. Extrajeron miles de toneladas de mármol y las utilizaron para construir la capital de su imperio, siglos de innovación, durabilidad y ambición.
Durante 500 años, a través de miles y miles de kilómetros cuadrados, Roma luchó, reinó y prosperó. Hoy en día, los expertos todavía tratan de comprender la clave de su éxito. En las ruinas de su puerto, en la montaña de pruebas que dejaron sus gentes y en las fronteras más alejadas de su Imperio, se ha encontrado el secreto de los romanos: ambición, innovación y extrema organización. Junto a su diplomacia, brutalidad y voracidad insaciable, el programa recuerda su triunfo y caída: cinco siglos como el mayor imperio de la Tierra.
Supuso el final del Imperio Romano y el nacimiento de la Roma Imperial. Una época de tiranía y traición, de grandes gestos públicos y dobles pactos secretos. En el año 44 a.C Julio César fue traicionado por sus amigos los senadores. Este programa descubre una conspiración cuyas semillas fueron plantadas mucho antes de que la puñalada final fuera asestada. Veremos cómo cada acción de Julio César lo condujo poco a poco hacia su propia muerte y cómo su ingenio, su ego y su ambición llevaron a Roma hasta la gloria y casi hasta el desastre. Fue calificado de héroe y de villano, al igual que el hombre que acabó con su vida. Esta es la historia de la muerte de Julio César.

Esta producción cuenta la historia de cómo Roma se rindió ante los cristianos. Se trataba de una superpotencia, la más poderosa del mundo antiguo, contra un culto secreto y pacifista nacido a miles de kilómetros de distancia. Probablemente el Cristianismo no debería haber sobrevivido, pero su triunfo se ha convertido en una de las victorias más extrañas de la historia. Sirviéndose de fuentes ancestrales y viajando a las profundidades del pasado de la ciudad de Roma, el programa revela cómo los primeros cristianos se infiltraron en Roma. Veremos cómo desde los primeros mártires hasta el primer Imperio, los cristianos utilizaron el mismo poder de Roma para difundir su mensaje.
[+/-] | LOS INVENCIBLES SOLDADOS DE ESPARTA |
Cuando, después de una larga marcha, los combatientes espartanos llegaban al campo de batalla, el sonido de sus flautas y el destello de los escudos atemorizaban a los ejércitos enemigos.
Desde el siglo VIII a.C., el surgimiento de una nueva estructura de combate, la falange, hizo del ejército espartano el más temido de Grecia por la excelente preparación y organización de sus fieros combates.
Pocas escenas despertaban mayor temor y admiración en la Grecia clásica que la visión de las tropas espartanas. Su presencia se asociaba a la profesionalidad, a la intensa preparación física y mental y a la entrega total, virtudes que encontraban su máximo exponente en la selecta unidad de los hippeis, trescientos hoplitas elegidos anualmente por los éforos o magistrados entre los espartiatas mejor preparados para servir como guardia privada del rey.
Los hippeis se disponían en el ala derecha del ejército. Ésta era la más vulnerable, porque sus miembros no contaban con el escudo del compañero para proteger su costado derecho -con el brazo derecho sostenía la lanza, y con el izquierdo, el escudo- y porque solía recibir las maniobras envolventes del ejército enemigo.
El sonido de las flautas y de las trompetas que acompañaba a las filas de los espartanos o lacedemonios no sólo aumentaba su espectacularidad, sino que cumplía un papel fundamental. Según Tucídides, no era un rito religioso más, sino que se trataba de una costumbre que «tiene como finalidad que las tropas avancen de forma igualada marchando al compás de la música y no se descomponga así su orden de batalla, cosa que les suele ocurrir a los ejércitos en el momento de marchar al ataque». La música creaba la cadencia de marcha adecuada en la formación hoplítica y, en los momentos clave, en el fragor de la batalla, la música de las trompetas elevaba los ánimos de los soldados hasta límites insospechados.
La imbatibilidad del ejército lacedemonio explica que en 431 a.C., en el inicio de la guerra del Peloponeso, que enfrentó a Esparta y Atenas, Pericles ordenara a todos los habitantes de la región del Ática que se refugiaran tras las poderosas murallas de la capital, Atenas. Pese a las acusaciones de cobardía que recibió el general por rehuir el combate terrestre contra el ejército del rey Arquidiamo II de Esparta, muchos atenienses comprendieron la necesidad de centrar sus esfuerzos en la flota, dado que una batalla campal contra los espartanos implicaba una derrota segura.
La gerousia, el consejo de ancianos, era el órgano de gobierno facultado para tomar la iniciativa de emprender una acción militar, que después debía ser aprobada o rechazad por la asamblea de los espartiatas. Competía a los éforos efectuar el reclutamiento entre los espartiatas de edades comprendidas entre los 20 y los 60 años, comenzando, por lo general, por los más veteranos.
Los motivos para emprender una expedición militar eran muy diversos. Podía estar en juego la autonomía espartana, como fue el caso de la batalla de Platea en 479 a.C., donde se destruyó la amenaza persa; podía también tratarse de enfrentamientos para obtener la hegemonía en Grecia, en especial ante Atenas y Tebas, las principales competidoras de Esparta. Y en varias ocasiones el ejército lacedemonio hubo de reprimir las rebeliones de los hilotas o esclavos mesemios; éstos eran los pobladores de Mesenia, región que los espartanos habían conquistado hacia finales del siglo VIII a.C. y cuya población habían esclavizado. Por último, eran frecuentes las disputas fronterizas con regiones vecinas en el Peloponeso, sobre todo con Argos y Arcadia.
Al amanecer del día en que se iba a librar la batalla, en ocasiones ya a la vista del enemigo, los hoplitas abrillantaban sus escudos, preparaban sus armas y peinaban con esmero sus largos cabellos, un ritual que tenía una elevada carga simbólica y psicológica.
El ejército espartano no solía encarnizarse con los rivales derrotados. Según Tucídides, «los lacedemonios, gracias a su resistencia, sostienen las batallas durante largo tiempo y con firmeza hasta el momento en que ponen en fuga al enemigo, pero una vez lo han hecho huir, sus persecuciones son breves y a corta distancia».
Pocas escenas despertaban mayor temor y admiración en la Grecia clásica que la visión de las tropas espartanas. Su presencia se asociaba a la profesionalidad, a la intensa preparación física y mental y a la entrega total, virtudes que encontraban su máximo exponente en la selecta unidad de los hippeis, trescientos hoplitas elegidos anualmente por los éforos o magistrados entre los espartiatas mejor preparados para servir como guardia privada del rey.
Los hippeis se disponían en el ala derecha del ejército. Ésta era la más vulnerable, porque sus miembros no contaban con el escudo del compañero para proteger su costado derecho -con el brazo derecho sostenía la lanza, y con el izquierdo, el escudo- y porque solía recibir las maniobras envolventes del ejército enemigo.
El sonido de las flautas y de las trompetas que acompañaba a las filas de los espartanos o lacedemonios no sólo aumentaba su espectacularidad, sino que cumplía un papel fundamental. Según Tucídides, no era un rito religioso más, sino que se trataba de una costumbre que «tiene como finalidad que las tropas avancen de forma igualada marchando al compás de la música y no se descomponga así su orden de batalla, cosa que les suele ocurrir a los ejércitos en el momento de marchar al ataque». La música creaba la cadencia de marcha adecuada en la formación hoplítica y, en los momentos clave, en el fragor de la batalla, la música de las trompetas elevaba los ánimos de los soldados hasta límites insospechados.
La imbatibilidad del ejército lacedemonio explica que en 431 a.C., en el inicio de la guerra del Peloponeso, que enfrentó a Esparta y Atenas, Pericles ordenara a todos los habitantes de la región del Ática que se refugiaran tras las poderosas murallas de la capital, Atenas. Pese a las acusaciones de cobardía que recibió el general por rehuir el combate terrestre contra el ejército del rey Arquidiamo II de Esparta, muchos atenienses comprendieron la necesidad de centrar sus esfuerzos en la flota, dado que una batalla campal contra los espartanos implicaba una derrota segura.
La gerousia, el consejo de ancianos, era el órgano de gobierno facultado para tomar la iniciativa de emprender una acción militar, que después debía ser aprobada o rechazad por la asamblea de los espartiatas. Competía a los éforos efectuar el reclutamiento entre los espartiatas de edades comprendidas entre los 20 y los 60 años, comenzando, por lo general, por los más veteranos.
Los motivos para emprender una expedición militar eran muy diversos. Podía estar en juego la autonomía espartana, como fue el caso de la batalla de Platea en 479 a.C., donde se destruyó la amenaza persa; podía también tratarse de enfrentamientos para obtener la hegemonía en Grecia, en especial ante Atenas y Tebas, las principales competidoras de Esparta. Y en varias ocasiones el ejército lacedemonio hubo de reprimir las rebeliones de los hilotas o esclavos mesemios; éstos eran los pobladores de Mesenia, región que los espartanos habían conquistado hacia finales del siglo VIII a.C. y cuya población habían esclavizado. Por último, eran frecuentes las disputas fronterizas con regiones vecinas en el Peloponeso, sobre todo con Argos y Arcadia.
Al amanecer del día en que se iba a librar la batalla, en ocasiones ya a la vista del enemigo, los hoplitas abrillantaban sus escudos, preparaban sus armas y peinaban con esmero sus largos cabellos, un ritual que tenía una elevada carga simbólica y psicológica.
El ejército espartano no solía encarnizarse con los rivales derrotados. Según Tucídides, «los lacedemonios, gracias a su resistencia, sostienen las batallas durante largo tiempo y con firmeza hasta el momento en que ponen en fuga al enemigo, pero una vez lo han hecho huir, sus persecuciones son breves y a corta distancia».
Historia National Geographic
[+/-] | ROMA: LA CONSTRUCCIÓN DE UN IMPERIO (Documental del canal Historia) |
En casi seis siglos, el Imperio Romano extendió sus fronteras desde Inglaterra hasta Egipto, desde Portugal hasta Persia, difundió su cultura y levantó ciudades con unos conceptos revolucionarios que transformaron las infraestructuras públicas. Este documental de Canal Historia recrea las enormes proezas arquitectónicas, exponentes del esplendor del Imperio, y utiliza para ello lo último en animación en imagen gráfica por ordenador y grabaciones exclusivas filmadas en una expedición submarina por los canales situados debajo del Coliseo. Asímismo incluye las opiniones de historiadores, arquitectos y expertos que analizan la herencia artística de una época que ha perdurado y que en muchos casos sigue desconcertando a los ingenieros actuales. Los expertos analizan los perfiles de los emperadores que contribuyeron al esplendor del Imperio y de aquellos que provocaron su declive con actitudes intrigantes, traiciones y ansias de poder. También profundizan en la construcción de obras que pusieron a disposición del ciudadano, como la compleja red de alcantarillas que todavía da servicio a la ciudad o los revolucionarios sistemas de acueductos que proporcionaban 758 millones de litros de agua corriente al día.
El documental concluye con un análisis sobre las posibles razones que pudieron acabar con la superpotencia. Teorías que sostienen que la población pudo ser envenenada con plomo o que simplemente el Imperio se volvió demasiado grande y complejo y sucumbió al ataque de las tribus guerreras germánicas. (El País)
Este capítulo doble sobre Roma ha sido galardonado con dos premios Emmy.
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[+/-] | DOCUMENTALES SOBRE ESPARTA |
ASCENSIÓN Y CAÍDA DE LOS ESPARTANOS (Documental de History channel, 3h)
CODIGO DE HONOR (Cap. I y II, 1h30m)
MAREAS DE GUERRA (Cap. III y IV, 1h30m)
|
ULTIMOS ESPARTANOS (Documental de Canal Historia, 1:30:39) |
LINE OF FIRE: LAS GUERRAS DE ESPARTA (Documental de History Channel, 49m) ![]() |
BATALLAS DECISIVAS: TERMÓPILAS (Documental de History Channel, 22m) |
TERMOPILAS: MUERTE DE LOS ESPARTANOS (Documental de History Channel, 1h34m) |
[+/-] | ACTIVIDADES DE REPASO DE VOCABULARIO LATINO |
Actividades dirigidas a repasar vocabulario latino y algunos aspectos gramaticales. Algunas están referidas al método LLPI (Orgerg), pero pueden realizarse aunque no se siga ese manual.
[+/-] | LAS DOS CARAS DEL EMPERADOR ADRIANO |
El emperador Publio Elio Adriano (117-138d.C.) fue el auténtico unificador del Imperio romano. Viajero infatigable, hizo gala también de un carácter difícil e inestable, dado al rencor y el orgullo. No dejó muy buen recuerdo entre sus contemporáneos, y la Historia Augusta lo describe como un hombre a la vez severo y alegre, afable y riguroso, además de cruel y siempre inconstante.
Capaz e inteligente, se le recuerda sobre todo por sus viajes. Pero Adriano fue asimismo un hombre de personalidad inestable, a la vez severo y alegre, afable y cruel.
Pese a que su padre era primo de Trajano, y a que él mismo era el protegido de este emperador, Adriano no lo tuvo fácil durante su juventud. Entre otras cosas, se le despreciaba por su acento provinciano y por su devota admiración por todo lo heleno. Pero Adriano contaba con una excelente preparación.
Nacido en Itálica, quedó huérfano a los diez años y Trajano, que era primo de su padre y ocupaba en aquella época importantes cargos militares y políticos en Roma, le llevó con él a Italia. Trajano confió su educación a un excelente preceptor, y luego le hizo bregar en todo tipo de cargos políticos y militares.
Adriano también estuvo al lado de Trajano en su última campaña, en Partia. Fue la última vez que Adriano vio a su mentor con vida. La comitiva se detuvo en Chipre y el 7 de agosto del año 117 se informó a Adriano de que había sido adoptado por Trajano; tan sólo dos días después, el 9 de agosto, se anunció que el soberano había muerto. El día 11 de agosto, las tropas sirias proclamaron emperador a Adriano.
Sin embargo, el Senado no mostró una disposición tan favorable como la que le habían ofrecido los griegos asiáticos. Muchos sospechaban que en el encumbramiento de Adriano tuvo un importante papel su mujer, Plotina, esposa de Trajano. Se dijo que fue Plotina quien preparó el testamento de Trajano, cuando éste se hallaba en el lecho de muerte, para designar a Adriano como heredero del Imperio. Así pues, a Adriano no le faltaban enemigos que lo considerasen un arribista.
Durante el primer año de su mandato, Adriano se ocupó de estabilizar la situación en Oriente. Fue entonces, y tras un complot en Roma que planeaba derrocarle, cuando se dio cuenta de lo precario de su poder y de cuán necesaria era su presencia en la capital del imperio.
Adriano ejerció como cónsul ordinario durante los dos años siguientes y se implicó en todas las tareas del gobierno: asistió a las sesiones pertinentes, hizo partícipes de sus decisiones a los senadores y se ganó su confianza con sus visitas de cortesía y su exquisito trato personal. Y para ganarse el favor del pueblo, Adriano acudía a las termas como un ciudadano más a departir y bromear con los bañistas. Adriano, pues, quiso ganarse el aprecio de Roma.
El emperador encargó a Apolodoro de Damasco la construcción de un gran templo dedicado a Venus y Roma. Fue inaugurado en el año 121, aunque las obras se prolongaron durante muchos más años. Desde entonces el templo se convirtió en un símbolo del poder imperial.
Las demás obras que Adriano acometió en Roma lo mostraban como el gran valedor del respeto a las tradiciones: el Panteón, levantado por Agripa y que ordenó reconstruir; las reformas realizadas en la Saepta Iulia, el foro de Augusto y el templo de la Bona Dea; los templos levantados en honor de Trajano y Plotina en el foro imperial… Incluso su proyecto arquitectónico más personal, su mausoleo, que fue erigido a imagen y semejanza del de Augusto, buscaba mostrarle como el verdadero heredero espiritual y político del fundador del Imperio.
Al final de su vida, Adriano decidió retirarse a Bayas tras haber dejado las riendas del Imperio a Antonino Pío, al que había adoptado poco antes. Cuando falleció, el Senado, resentido por las ejecuciones de sus miembros, quiso destruir su recuerdo.
Capaz e inteligente, se le recuerda sobre todo por sus viajes. Pero Adriano fue asimismo un hombre de personalidad inestable, a la vez severo y alegre, afable y cruel.
Pese a que su padre era primo de Trajano, y a que él mismo era el protegido de este emperador, Adriano no lo tuvo fácil durante su juventud. Entre otras cosas, se le despreciaba por su acento provinciano y por su devota admiración por todo lo heleno. Pero Adriano contaba con una excelente preparación.
Nacido en Itálica, quedó huérfano a los diez años y Trajano, que era primo de su padre y ocupaba en aquella época importantes cargos militares y políticos en Roma, le llevó con él a Italia. Trajano confió su educación a un excelente preceptor, y luego le hizo bregar en todo tipo de cargos políticos y militares.
Adriano también estuvo al lado de Trajano en su última campaña, en Partia. Fue la última vez que Adriano vio a su mentor con vida. La comitiva se detuvo en Chipre y el 7 de agosto del año 117 se informó a Adriano de que había sido adoptado por Trajano; tan sólo dos días después, el 9 de agosto, se anunció que el soberano había muerto. El día 11 de agosto, las tropas sirias proclamaron emperador a Adriano.
Sin embargo, el Senado no mostró una disposición tan favorable como la que le habían ofrecido los griegos asiáticos. Muchos sospechaban que en el encumbramiento de Adriano tuvo un importante papel su mujer, Plotina, esposa de Trajano. Se dijo que fue Plotina quien preparó el testamento de Trajano, cuando éste se hallaba en el lecho de muerte, para designar a Adriano como heredero del Imperio. Así pues, a Adriano no le faltaban enemigos que lo considerasen un arribista.
Durante el primer año de su mandato, Adriano se ocupó de estabilizar la situación en Oriente. Fue entonces, y tras un complot en Roma que planeaba derrocarle, cuando se dio cuenta de lo precario de su poder y de cuán necesaria era su presencia en la capital del imperio.
Adriano ejerció como cónsul ordinario durante los dos años siguientes y se implicó en todas las tareas del gobierno: asistió a las sesiones pertinentes, hizo partícipes de sus decisiones a los senadores y se ganó su confianza con sus visitas de cortesía y su exquisito trato personal. Y para ganarse el favor del pueblo, Adriano acudía a las termas como un ciudadano más a departir y bromear con los bañistas. Adriano, pues, quiso ganarse el aprecio de Roma.
El emperador encargó a Apolodoro de Damasco la construcción de un gran templo dedicado a Venus y Roma. Fue inaugurado en el año 121, aunque las obras se prolongaron durante muchos más años. Desde entonces el templo se convirtió en un símbolo del poder imperial.
Las demás obras que Adriano acometió en Roma lo mostraban como el gran valedor del respeto a las tradiciones: el Panteón, levantado por Agripa y que ordenó reconstruir; las reformas realizadas en la Saepta Iulia, el foro de Augusto y el templo de la Bona Dea; los templos levantados en honor de Trajano y Plotina en el foro imperial… Incluso su proyecto arquitectónico más personal, su mausoleo, que fue erigido a imagen y semejanza del de Augusto, buscaba mostrarle como el verdadero heredero espiritual y político del fundador del Imperio.
Al final de su vida, Adriano decidió retirarse a Bayas tras haber dejado las riendas del Imperio a Antonino Pío, al que había adoptado poco antes. Cuando falleció, el Senado, resentido por las ejecuciones de sus miembros, quiso destruir su recuerdo.
Historia National Geographic
[+/-] | OLIMPIA, LA MADRE DE ALEJANDRO MAGNO |
Se la acusó de la muerte de su esposo, Filipo de Macedonia, y tras la muerte de su hijo Alejandro disputó su herencia a poderosos generales. Lejos del modelo griego de mujer retirada, Olimpia marcó su época.
La madre de Alejandro Magno, que se identificaba con la diosa Hera, es una de las mujeres de la Antigüedad que más fascinación ha provocado. Sin embargo, en el mundo griego una mujer —a diferencia de su hijo o de su marido— no formaba parte de los acontecimientos, sino que más bien los padecía y pocas veces los protagonizaba. Pero la vida de Olimpia es objeto de estudio porque fue madre y espossa de los monarcas que cambiaron el mapa político del siglo IV a.C. Olimpia probablemente nació en Dodona —principal ciudad del reino de Epiro, entre las actuales Grecia y Albania—, entre 375 y 371 a.C. Olimpia y, por extensión, Alejandro eran descendientes del noble guerrero Aquiles. Olimpia estaba relacionada con los dioses y los héroes de la guerra de Troya por ambos lados de la familia, de ahí su privilegiada posición cuando Filipo apareció en el escenario político: un enlace de este tipo sería de gran beneficio para ambos y cambiaría el curso de la historia para siempre. Aunque el nombre de Olimpia fue el definitivo, no fue el único. La futura reina de Macedonia empleó tres más: Políxena, Mírtale y Estratonice. Filipo de Macedonia vio por primera vez a Políxena de Epiro en Samotracia, y probablemente —no tenemos ninguna descripción de su aspecto físico— quedó prendado de su belleza. Sin embargo, y según Sátiro, Filipo tuvo por lo menos seis esposas más, además de Olimpia. Filipo de Macedonia murió asesinado, heredando el trono Alejandro y llevando al mundo griego a una de las empresas de conquista más famosas de la Historia, tan solo interrumpida por la repentina muerte del macedonio en Babilonia, en 323. Olimpia participó en las luchas sucesorias, y hasta sus últimos días intentaría sin éxito que en el trono perdurara su nieto o algún oportuno marido de su hija. Olimpia aprendió a negociar con amigos y enemigos en un intento de mantener su estirpe, cosa que no ocurrió.
Historia National Geographic
[+/-] | MARCO AURELIO, EL EMPERADOR FILÓSOFO |
El emperador Marco Aurelio fue un gobernante ejemplar, aunque tuvo que poner a prueba sus dotes militares frente a los numerosos enemigos que amenazaban las fronteras del Imperio, desde Partia hasta Germania. Pero fue también un filósofo, que en su obraMeditaciones, escrita durante sus campañas, nos revela sus pensamientos más íntimos.
Victorioso en el campo de batalla, político firme y celoso de su autoridad, Marco Aurelio fue también un filósofo que, en sus Meditaciones, nos ha revelado sus pensamientos más íntimos. Marco Aurelio Antonino es el único gobernante del Imperio romano -y tal vez de todos los que han reinado en cualquier nación europea- que ha merecido ser recordado como un auténtico pensador filosófico. Durante el período que ocupó el trono imperial, entre los años 161 y 180 d.C., Marco Aurelio supo regir con serenidad y gran talento el inmenso imperio que había heredado, haciendo frente a graves crisis y a muy largas y cruentas guerras. En sus últimos años Marco Aurelio peleó al frente de sus tropas contra los bárbaros que amenazaban sus fronteras en el Danubio. Y fue allí, durante los descansos nocturnos tras los combates, en la soledad de su tienda de campaña o en el campamento militar de Vindobona (cerca de Viena), donde escribió los famosos apuntes que conocemos con el título de Para sí mismo o, en su forma más usual, Meditaciones, austeros soliloquios que atestiguan sus reflexiones estoicas, sin paralelo en la literatura antigua. Así pues, aunque fue un guerrero y un ejemplar gobernante, su fama se funda en ese testimonio personal, sorprendente por su sinceridad y su profunda serenidad ante el destino y la muerte.
Tenemos muchos retratos antiguos de Marco Aurelio y conocemos bien sus rasgos: pelo rizado, mirada melancólica, larga barba, apropiada a un filósofo, y actitud resuelta. Tenemos incluso retratos de un Marco Aurelio adolescente, pues desde muy pronto estuvo predestinado a ocupar el trono imperial. El joven Marco quedó instalado en el poder con menos de veinte años, en la estirpe de los Antoninos, que venía de Nerva y Trajano, pasó por Adriano y Antonino Pío, y concluyó con Cómodo, el hijo de Marco Aurelio. La sucesión imperial de uno a otro no estuvo marcada por la herencia de padres a hijos, sino por la elección del sucesor. Sólo Marco Aurelio rompió esta norma al designar a su hijo Cómodo para sucederle; aunque ninguno de los otros emperadores mencionados tuvo descendientes directos que pudieran heredar el trono. Su padre adoptivo y suegro, Elio Antonino, apresuró su carrera honorífica y pronto lo asoció como joven colega a sus tareas imperiales. Marco Aurelio, por su parte, sintió siempre una sincera admiración hacia su predecesor y se sintió feliz bajo su amparo. La ecuanimidad que había mantenido ejemplarmente Antonino Pío durante su reinado, fue para Marco Aurelio un lema constante. Contenía, a la vez, una amable alusión al precepto estoico de la serenidad de ánimo, como rasgo que caracteriza al auténtico sabio en todo momento y ante cualquier revés. En marzo del año 161, a la muerte de su suegro, Marco, ahora con el nombre de Marco Aurelio Antonino, asumió como estaba previsto el cargo de emperador de Roma. Tenía cuarenta años. El de Marco Aurelio fue un duro reinado: pronto tuvo que enfrentarse a graves disturbios en las fronteras. Los temibles partos invadieron Armenia y Lucio Vero, su hermano adoptivo, marchó a combatir a Oriente, de donde regresó triunfante, pero cuando el ejército volvió con la victoria a Roma trajo consigo una peste que dejó a Italia asolada y diezmada. Luego los bárbaros del noreste atacaron las provincias danubianas de Retia, Nórica y Panonia, y los dos emperadores se apresuraron a acudir allá a frenar sus avances. A su vuelta, Lucio murió de una apoplejía en 169. Los gastos de las campañas y la peste arruinaron Italia. Marco Aurelio redujo los impuestos y vendió en subasta pública hasta los tesoros de su palacio. En fin, quien había tenido una esmerada educación e inclinación hacia la filosofía, un estoico atento a la justicia y el bien común, un amante de la paz y la benevolencia, tuvo que armarse y combatir en interminables guerras, lejos de Roma, desafiar los rigores de la peste, capear las peores crisis económicas y sufrir múltiples desdichas familiares: Faustina murió en 176, yde sus trece hijos tan sólo sobrevivieron un varón, Cómodo, y cuatro niñas. Enfermo de peste, Marco Aurelio falleció el 17 de marzo de 180, a los 58 años, en frente del Danubio.
Tenemos muchos retratos antiguos de Marco Aurelio y conocemos bien sus rasgos: pelo rizado, mirada melancólica, larga barba, apropiada a un filósofo, y actitud resuelta. Tenemos incluso retratos de un Marco Aurelio adolescente, pues desde muy pronto estuvo predestinado a ocupar el trono imperial. El joven Marco quedó instalado en el poder con menos de veinte años, en la estirpe de los Antoninos, que venía de Nerva y Trajano, pasó por Adriano y Antonino Pío, y concluyó con Cómodo, el hijo de Marco Aurelio. La sucesión imperial de uno a otro no estuvo marcada por la herencia de padres a hijos, sino por la elección del sucesor. Sólo Marco Aurelio rompió esta norma al designar a su hijo Cómodo para sucederle; aunque ninguno de los otros emperadores mencionados tuvo descendientes directos que pudieran heredar el trono. Su padre adoptivo y suegro, Elio Antonino, apresuró su carrera honorífica y pronto lo asoció como joven colega a sus tareas imperiales. Marco Aurelio, por su parte, sintió siempre una sincera admiración hacia su predecesor y se sintió feliz bajo su amparo. La ecuanimidad que había mantenido ejemplarmente Antonino Pío durante su reinado, fue para Marco Aurelio un lema constante. Contenía, a la vez, una amable alusión al precepto estoico de la serenidad de ánimo, como rasgo que caracteriza al auténtico sabio en todo momento y ante cualquier revés. En marzo del año 161, a la muerte de su suegro, Marco, ahora con el nombre de Marco Aurelio Antonino, asumió como estaba previsto el cargo de emperador de Roma. Tenía cuarenta años. El de Marco Aurelio fue un duro reinado: pronto tuvo que enfrentarse a graves disturbios en las fronteras. Los temibles partos invadieron Armenia y Lucio Vero, su hermano adoptivo, marchó a combatir a Oriente, de donde regresó triunfante, pero cuando el ejército volvió con la victoria a Roma trajo consigo una peste que dejó a Italia asolada y diezmada. Luego los bárbaros del noreste atacaron las provincias danubianas de Retia, Nórica y Panonia, y los dos emperadores se apresuraron a acudir allá a frenar sus avances. A su vuelta, Lucio murió de una apoplejía en 169. Los gastos de las campañas y la peste arruinaron Italia. Marco Aurelio redujo los impuestos y vendió en subasta pública hasta los tesoros de su palacio. En fin, quien había tenido una esmerada educación e inclinación hacia la filosofía, un estoico atento a la justicia y el bien común, un amante de la paz y la benevolencia, tuvo que armarse y combatir en interminables guerras, lejos de Roma, desafiar los rigores de la peste, capear las peores crisis económicas y sufrir múltiples desdichas familiares: Faustina murió en 176, yde sus trece hijos tan sólo sobrevivieron un varón, Cómodo, y cuatro niñas. Enfermo de peste, Marco Aurelio falleció el 17 de marzo de 180, a los 58 años, en frente del Danubio.
Historia National Geographic
[+/-] | LOS MALOS DE LA HISTORIA (Documentales de Canal Historia) |
LOS MALOS DE LA HISTORIA (2009)
Una serie de documentales de Canal Historia que analiza la persona que hay detrás de algunos de los gobernantes de la Historia. En cada episodio intenta arrojar luz sobre cada personaje a través de los descubrimientos arqueológicos más recientes, pruebas forenses, análisis de instrumentos de tortura y de estrategia militar. Entrevistas con expertos, escenarios reales, imágenes creadas por ordenador y recreaciones ayudarán a descubrir qué se esconde detrás de estas figuras legendarias.
Héroe de Roma, fundador del imperio y uno de los generales más importantes de la Historia. Ese es el César que todos conocemos, pero este programa demostrará que su éxito no se debió solamente a su genio militar: los genocidios, las conquistas sexuales y las triquiñuelas políticas definieron gran parte de su vida. La evaluación psiquiátrica nos muestra a un hombre tan ambicioso que sería capaz de matar con tal de alcanzar el éxito. Y no hablamos de una víctima aislada: más de un millón de cadáveres cimentaron el ascenso de César al poder. A lo que él no puso ninguna objeción.
Calígula reinó menos de cuatro años, pero aún así, se le recuerda como el más depravado de todos los emperadores de Roma. El programa desmonta el mito de su locura y apunta a un trastorno de personalidad provocado por la combinación perfecta de un trauma infantil, un mentor perverso y un envenenamiento crónico. Probablemente la culpa no fue del todo suya, pero aún así no es la persona a la que querrías encontrarte en un callejón oscuro. Gracias a nuevos hallazgos arqueológicos, podrás visitar por primera vez el lugar en el que tuvo lugar su sangrienta muerte.
NERÓN
Nerón fue un tirano cruel y autoindulgente. No dudó en ponerse a tocar la lira mientras Roma se consumía en un incendio -al menos, eso cuentan todas las historias. Lo cierto es que su madre era muy autoritaria y estaba gravemente trastornada. Las evaluaciones psiquiátricas realizadas indican que convertirse en emperador no estaba en los planes de Nerón, que perseguía convertirse en artista. Una vez dentro de su rutina tiránica, el asesinato y la tortura fueron sus señas de identidad ya que su perfil psiquiátrico lo conducía a utilizar métodos, tan criminales como histriónicos que habrían sonrojado a los villanos de las películas de James Bond.
CLEOPATRA
A Cleopatra se le inculcó la creencia de que el poder lo era todo, y el asesinato, la mejor forma de conseguirlo. Y mucho más si las víctimas eran de su propia familia; de hecho, ser hermano de Cleopatra resultó ser un billete para una existencia breve. Cleopatra se reveló como uno de los personajes con mayor astucia política de la Historia, siempre dispuesta a conseguir lo que quería a través del sexo o el asesinato. Existen pruebas físicas que demuestran que la leyenda de que sedujo a Julio César escondida en una alfombra enrollada no se trató en realidad de un gesto romántico, sino de una forma de hacer llegar un arma. Y el arma era la propia Cleopatra. Este programa desvela los tres elementos que caracterizaron la vida de la reina del Nilo: sexo, poder y muerte.
ANIBAL BARCA
Su fama es la del gran general que cruzó los Alpes con sus elefantes y destruyó el ejército más poderoso de Roma. Por tanto, si creemos los relatos que han circulado, se trataría de un genio, pero los hechos no dicen lo mismo. Una evaluación psicológica del personaje nos revela una personalidad obsesiva unida a un trauma infantil. Además, la evidencia histórica tumba la idea de que Aníbal fuera un gran líder. Está demostrada su valía a la hora de pelear, pero desconocía por completo cómo ganar una guerra. Existen pruebas que demuestran el infierno al que sometió a sus hombres para satisfacer sus obsesiones y, la única razón de que haya pervivido su reputación de héroe, ha sido para hacer parecer mejores a sus enemigos, los romanos.
ALEJANDRO MAGNO
Rey a los 20, dominador de medio mundo a los 30, muerto a los 32, Alejandro lo consiguió casi todo en apenas una década. Sin embargo, esto deja de sorprendernos cuando los análisis psicológicos nos indican que se creía un dios. En un principio todo funcionaba bien, pero la personalidad de Alejandro Magno y el control que ejercía sobre sus hombres se pusieron en evidencia cuando quiso llegar demasiado lejos y demasiado rápido. Esta es la historia de un hombre que ascendió como un cohete y después se estrelló como un meteorito. Pero, ¿hay realmente una relación entre el éxito que alcanzó y el asesinato de su padre? Hay pruebas que así lo indican.