[+/-] | ¿POR QUÉ LOS DÍAS DE LA SEMANA TIENEN EL ORDEN QUE TIENEN? |
Desde la antigüedad los planetas (o astros errantes) se han ordenado atendiendo el tiempo que tardan en dar una vuelta a nuestro planeta, ya que se toma como referencia el modelo geocéntrico, es decir, la Tierra como centro del Universo. La Luna gira alrededor de la Tierra en poco menos de un mes, mientras que Saturno tarda unos treinta años. Se suponía que, cuanto más tardara en orbitar la Tierra, más lejano estaría el objeto. Así, desde el exterior hasta el interior, se construyó el modelo de universo situando a Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio y la Luna sobre siete esferas cristalinas concéntricas en orden decreciente de sus períodos sinódicos, es decir, vistos desde la Tierra.
La explicación del orden actual de los nombres de los días es mérito de Dion Casio, un historiador cristiano del siglo III. Según Casio, los astrólogos asignaron las 24 horas de cada día de la semana a los siete objetos celestiales errantes en una secuencia cíclica. La primera hora del primer día de la semana fue asignada a Saturno y las siguientes a Júpiter, Marte, el Sol, Venus, Mercurio y la Luna respectivamente. Así la octava hora del primer día volvió a ser asignada a Saturno, y también la decimoquinta y la vigesimosegunda. Siguiendo el ciclo durante todas las horas y días de la semana, las primeras horas de los días siguientes serían asignadas al Sol, a la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus respectivamente.
Por tanto, cada día de la semana recibió el nombre del planeta que tenía asignada la primera hora. Así, la secuencia de los días quedó en: Saturno, Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus, que corresponde a nuestros días sábado, domingo, lunes, martes, miércoles, jueves y viernes. Y recordad que para los judíos la semana empieza en sábado, el Shabbat, denominación que proviene del nombre del planeta Saturno en hebreo, Shabbetai, como se puede ver en el Talmud de Babilonia.
Fuente: ABC, Enric Marco Soler. Departamento de Astronomía y Astrofísica, Universidad de Valencia.
La explicación del orden actual de los nombres de los días es mérito de Dion Casio, un historiador cristiano del siglo III. Según Casio, los astrólogos asignaron las 24 horas de cada día de la semana a los siete objetos celestiales errantes en una secuencia cíclica. La primera hora del primer día de la semana fue asignada a Saturno y las siguientes a Júpiter, Marte, el Sol, Venus, Mercurio y la Luna respectivamente. Así la octava hora del primer día volvió a ser asignada a Saturno, y también la decimoquinta y la vigesimosegunda. Siguiendo el ciclo durante todas las horas y días de la semana, las primeras horas de los días siguientes serían asignadas al Sol, a la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus respectivamente.
Por tanto, cada día de la semana recibió el nombre del planeta que tenía asignada la primera hora. Así, la secuencia de los días quedó en: Saturno, Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus, que corresponde a nuestros días sábado, domingo, lunes, martes, miércoles, jueves y viernes. Y recordad que para los judíos la semana empieza en sábado, el Shabbat, denominación que proviene del nombre del planeta Saturno en hebreo, Shabbetai, como se puede ver en el Talmud de Babilonia.
Fuente: ABC, Enric Marco Soler. Departamento de Astronomía y Astrofísica, Universidad de Valencia.
[+/-] | MUJERES DE LA LITERATURA Y LA HISTORIA DE ROMA (Curso ofrecido por el Departamento de Derecho Privado de la Universidad Carlos III de Madrid) |
Este curso, ofrecido a los alumnos del primer curso de Humanidades, centra sus contenidos en el papel desempeñado por las mujeres en la sociedad romana de la antigüedad, y analiza su grado de participación y presencia en algunas dimensiones de la actividad humana desde el ámbito doméstico más privado, hasta el social, cultural y político.
Bloques temáticos
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El modelo femenino
Lección 1. El modelo femenino en la literatura y otras fuentes.
Lección 2. El derecho y la diferenciación de sexos.
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La sexualidad femenina
Lección 3. Modelo y contravención del modelo.
Lección 4. La sexualidad femenina y el Derecho romano.
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Las mujeres romanas y su participación en la política
Lección 5. La organización político-constitucional en los primeros siglos de la historia de Roma.
Lección 6. La mujer, la Res Publica y el poder.
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Mujeres en la cultura
Lección 7. La educación en la Roma antigua.
Lección 8. Mujeres doctae. Formación, promoción de la cultura y creación literaria.
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La mujer en la actividad económica y financiera
Lección 9. La economía romana.
Lección 10. El patrimonio de las mujeres y su participación en la economía.
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Acciones de Documento
[+/-] | MESALINA: ESCÁNDALO EN LA ROMA IMPERIAL |
Ha pasado a la historia como la más depravada de las emperatrices de Roma. Sin embargo, la disipada vida de la esposa de Claudio tuvo como objetivo la defensa de su hijo Británico y de los derechos de éste al trono.
Los autores antiguos -entre ellos Tácito, Dión Casio, Suetonio o Plinio el Viejo- han calificado a Valeria Mesalina, tercera esposa del emperador Claudio, de adúltera, lasciva, libertina o depravada, además de intrigante sin escrúpulos, dispuesta a deshacerse físicamente de todos sus rivales. Sin embargo, se trata de una imagen interesada, pues el propósito de estos historiadores era descalificar indirectamente el gobierno de Claudio.
Si bien es cierto que muchos de los hechos son verídicos, hay que situarlos en el contexto de la Roma imperial del siglo I d.C., marcado, a la vez, por la lujosa existencia de las clases altas y las tremendas rivalidades dentro de la dinastía Julio-Claudia, a la que Mesalina pertenecía.
Al ascender Calígula al trono, entregó a Mesalina -que contaba apenas 17 años- en matrimonio a su tío Claudio, un hombre treinta años mayor que ella, tartamudo y cojo. Pronto tuvieron dos hijos, Octavia y Tiberio Claudio Germánico, más conocido por el sobrenombre de Británico. Pero según los historiadores no tardó en granjearse una fama de libertina y amante insaciable que obsequiaba con favores diversos a cuantos accedían a sus caprichos y destruía a quienes no se prestaban a ellos.
Pero hoy parece claro que Mesalina usó el sexo en el círculo de la corte como una estrategia política dirigida a defender su posición y la de sus hijos, en particular Británico.
En el año 48 d.C. Mesalina celebró una boda con el cónsul Gayo Silio. La ceremonia constituyó un desafío público al emperador Claudio, que estaba de viaje y que a su vuelta decidió deshacerse de Mesalina.
Los autores antiguos -entre ellos Tácito, Dión Casio, Suetonio o Plinio el Viejo- han calificado a Valeria Mesalina, tercera esposa del emperador Claudio, de adúltera, lasciva, libertina o depravada, además de intrigante sin escrúpulos, dispuesta a deshacerse físicamente de todos sus rivales. Sin embargo, se trata de una imagen interesada, pues el propósito de estos historiadores era descalificar indirectamente el gobierno de Claudio.
Si bien es cierto que muchos de los hechos son verídicos, hay que situarlos en el contexto de la Roma imperial del siglo I d.C., marcado, a la vez, por la lujosa existencia de las clases altas y las tremendas rivalidades dentro de la dinastía Julio-Claudia, a la que Mesalina pertenecía.
Al ascender Calígula al trono, entregó a Mesalina -que contaba apenas 17 años- en matrimonio a su tío Claudio, un hombre treinta años mayor que ella, tartamudo y cojo. Pronto tuvieron dos hijos, Octavia y Tiberio Claudio Germánico, más conocido por el sobrenombre de Británico. Pero según los historiadores no tardó en granjearse una fama de libertina y amante insaciable que obsequiaba con favores diversos a cuantos accedían a sus caprichos y destruía a quienes no se prestaban a ellos.
Pero hoy parece claro que Mesalina usó el sexo en el círculo de la corte como una estrategia política dirigida a defender su posición y la de sus hijos, en particular Británico.
En el año 48 d.C. Mesalina celebró una boda con el cónsul Gayo Silio. La ceremonia constituyó un desafío público al emperador Claudio, que estaba de viaje y que a su vuelta decidió deshacerse de Mesalina.
[+/-] | LOS GALOS: POLÍTICA, SOCIEDAD Y COSTUMBRES |
En el libro VI, de la "Guerra en las Galias", César hace una descripción de la organización política y social de las tribus galas conquistadas y por conquistar. Así sabemos que existían facciones cuyos jefes mantienen para sí el mayor prestigio y cuya jurisdicción cae sobre todos los asuntos de estado público
“ninguno tolera que los suyos sean oprimidos y avasallados; y si actúa de otra manera, no tiene ninguna autoridad entre los suyos” (César, VI, 11).
En cuanto a la organización social, en la parte más alta se sitúan los druidas y los caballeros: mientras los druidas se constituyen como un grupo élite religioso, los caballeros forman parte de un grupo guerrero. Por debajo de ellos la plebe y esclavos:
“En toda Galia hay dos clases diferentes de hombres que tienen alguna importancia y honor. Pues la plebe tiene casi el lugar de los esclavos, de modo a que no se atreve a nada por sí misma y no es invitada a ninguna asamblea. Muchos se entregan como esclavos a los nombres, cuando son oprimidos por las deudas, por la cantidad de tributos o por la agresión de los poderosos; y para ellos rigen las mismas leyes que para los esclavos en relación con sus dueños” (César,VI, 13).
Por otro lado, la función de los druidas está vinculada “a los asuntos divinos”, encargándose de conducir los sacrificios públicos o privados e interpretar los deseos y designios de los dioses. Este prestigio les da a los druidas un gran poder político y los convierte en un grupo de control social:
“Si se ha llevado a cabo un asesinato, si hay alguna controversia por una herencia, por los límites de un terreno, de igual modo son ellos quienes deciden y resuelven los premios y los castigos. Si algún individuo o pueblo no cumple con lo decidido por ellos, prohíben los sacrificios. Este es el castigo más duro entre los galos. Y quienes sufren esta prohibición son tenidos por impíos y criminales, todos se apartan de ellos, rehuyen su conversación para no recibir en el contacto parte de la calamidad” (César, VI, 13)
La formación jerárquica dentro del mismo grupo es unipersonal, ya que sólo uno de todos los “sacerdotes druidas” ejerce la suprema autoridad. No obstante, el cargo no es perpetuo y es en ocasiones se otorga por votación o la lucha armada. La mayoría de ellos se capacitan y reciben sus tradiciones en la isla de Britannia (al norte de Galia); la transmisión de ese saber no es escrito sino oral, por lo que no existen mayor evidencias que ciertas crónicas de viajeros o militares
“Los druidas suelen estar ausentes de la guerra y no pagan tributo alguno a los demás. Están exentos del servicio militar y tienen inmunidad en todo. Tentados por semejantes privilegios, muchos van a aprender su doctrina por propia iniciativa o son enviados por sus padres y parientes. Dicen que allí aprenden de memoria gran número de versos. Y así algunos permanecen veinte años aprendiendo. No consideran lícito poner por escrito su enseñanza, mientras que en todas las demás cosas, negocios públicos o privados, usan las letras griegas” (César, VI, 14).
Según la doctrina druida, las almas no mueren sino que pasan de un cuerpo a otro en forma de reencarnación. Esta costumbre vitaliza y renueva la valentía de los galos en frente al combate y exacerba su valentía. Tienen un detallado conocimiento sobre los astros y otros menesteres; y consideran que la escritura no permite mantener viva la memoria.
En segundo lugar, tenemos a los caballeros/guerreros cuyo estatus está vinculado a la cantidad de sirvientes conseguidos en batalla, al linaje al cual pertenecía el individuo, y a su propia fortuna.
Seguramente, los sacrificios humanos eran permitidos por los celtas, y esto habría causado mucha impresión por parte de los conquistadores romanos. En ocasiones, aquellos que eran apresados por robo o bandidaje eran sacrificados o quemados vivos como suplicio a los dioses, pero como bien observa César
“hay escasez de esta clase de gente, incluso los inocentes llegan a los suplicios” (César, VI, 16-17).
El tiempo para los galos, no se mide en días (como en los pueblos latinos) sino en noches, y los cumpleaños se celebran tomando en cuenta que el día debe seguir a la noche. En cuanto a los matrimonios, los varones aportan una parte de su patrimonio como dote, mientras las mujeres proponen la otra parte. Esta costumbre, va variando de tribu en tribu, y (a diferencia de sus primos los celtiberos) no se encuentra en todas las regiones por igual.
Por último, podemos decir que los rumores y chismes deben ser tratados exclusivamente en las asambleas públicas, y que enterado un sujeto de un rumor que hace a toda la tribu éste tiene la obligación de no divulgarlo; en este sentido, sólo los jefes de la asamblea harán mención a la noticia en concordancia con el bien de la comunidad. Asimismo, si la noticia es perjudicial o genera pánico, la asamblea está constituida de tal forma (por ley) que puede ocultar información o manipularla según sea la ocasión.
“Las tribus que son consideradas más eficientes en administrar los asuntos públicos tienen decretado por ley que, si alguien se entera de algo acerca de una cuestión pública, por los vecinos, gracias a un rumor o un comentario, debe llevar la noticia al magistrado y no compartirla con ningún otro, porque a menudo se vio que hombres temerarios y sin experiencia son aterrorizados por falsos rumores y llevados al crimen y a tomar decisiones sobre cuestiones cruciales. Los magistrados ocultan lo que saben; lo que juzgan que es de provecho, lo comunican a la multitud. No está permitido hablar de cuestiones públicas sino en la asamblea” (César, VI, 19-20).
Fuente: Estructura político-social y costumbres galas
“ninguno tolera que los suyos sean oprimidos y avasallados; y si actúa de otra manera, no tiene ninguna autoridad entre los suyos” (César, VI, 11).
En cuanto a la organización social, en la parte más alta se sitúan los druidas y los caballeros: mientras los druidas se constituyen como un grupo élite religioso, los caballeros forman parte de un grupo guerrero. Por debajo de ellos la plebe y esclavos:
“En toda Galia hay dos clases diferentes de hombres que tienen alguna importancia y honor. Pues la plebe tiene casi el lugar de los esclavos, de modo a que no se atreve a nada por sí misma y no es invitada a ninguna asamblea. Muchos se entregan como esclavos a los nombres, cuando son oprimidos por las deudas, por la cantidad de tributos o por la agresión de los poderosos; y para ellos rigen las mismas leyes que para los esclavos en relación con sus dueños” (César,VI, 13).
Por otro lado, la función de los druidas está vinculada “a los asuntos divinos”, encargándose de conducir los sacrificios públicos o privados e interpretar los deseos y designios de los dioses. Este prestigio les da a los druidas un gran poder político y los convierte en un grupo de control social:
“Si se ha llevado a cabo un asesinato, si hay alguna controversia por una herencia, por los límites de un terreno, de igual modo son ellos quienes deciden y resuelven los premios y los castigos. Si algún individuo o pueblo no cumple con lo decidido por ellos, prohíben los sacrificios. Este es el castigo más duro entre los galos. Y quienes sufren esta prohibición son tenidos por impíos y criminales, todos se apartan de ellos, rehuyen su conversación para no recibir en el contacto parte de la calamidad” (César, VI, 13)
La formación jerárquica dentro del mismo grupo es unipersonal, ya que sólo uno de todos los “sacerdotes druidas” ejerce la suprema autoridad. No obstante, el cargo no es perpetuo y es en ocasiones se otorga por votación o la lucha armada. La mayoría de ellos se capacitan y reciben sus tradiciones en la isla de Britannia (al norte de Galia); la transmisión de ese saber no es escrito sino oral, por lo que no existen mayor evidencias que ciertas crónicas de viajeros o militares
“Los druidas suelen estar ausentes de la guerra y no pagan tributo alguno a los demás. Están exentos del servicio militar y tienen inmunidad en todo. Tentados por semejantes privilegios, muchos van a aprender su doctrina por propia iniciativa o son enviados por sus padres y parientes. Dicen que allí aprenden de memoria gran número de versos. Y así algunos permanecen veinte años aprendiendo. No consideran lícito poner por escrito su enseñanza, mientras que en todas las demás cosas, negocios públicos o privados, usan las letras griegas” (César, VI, 14).
Según la doctrina druida, las almas no mueren sino que pasan de un cuerpo a otro en forma de reencarnación. Esta costumbre vitaliza y renueva la valentía de los galos en frente al combate y exacerba su valentía. Tienen un detallado conocimiento sobre los astros y otros menesteres; y consideran que la escritura no permite mantener viva la memoria.
En segundo lugar, tenemos a los caballeros/guerreros cuyo estatus está vinculado a la cantidad de sirvientes conseguidos en batalla, al linaje al cual pertenecía el individuo, y a su propia fortuna.
Seguramente, los sacrificios humanos eran permitidos por los celtas, y esto habría causado mucha impresión por parte de los conquistadores romanos. En ocasiones, aquellos que eran apresados por robo o bandidaje eran sacrificados o quemados vivos como suplicio a los dioses, pero como bien observa César
“hay escasez de esta clase de gente, incluso los inocentes llegan a los suplicios” (César, VI, 16-17).
El tiempo para los galos, no se mide en días (como en los pueblos latinos) sino en noches, y los cumpleaños se celebran tomando en cuenta que el día debe seguir a la noche. En cuanto a los matrimonios, los varones aportan una parte de su patrimonio como dote, mientras las mujeres proponen la otra parte. Esta costumbre, va variando de tribu en tribu, y (a diferencia de sus primos los celtiberos) no se encuentra en todas las regiones por igual.
Por último, podemos decir que los rumores y chismes deben ser tratados exclusivamente en las asambleas públicas, y que enterado un sujeto de un rumor que hace a toda la tribu éste tiene la obligación de no divulgarlo; en este sentido, sólo los jefes de la asamblea harán mención a la noticia en concordancia con el bien de la comunidad. Asimismo, si la noticia es perjudicial o genera pánico, la asamblea está constituida de tal forma (por ley) que puede ocultar información o manipularla según sea la ocasión.
“Las tribus que son consideradas más eficientes en administrar los asuntos públicos tienen decretado por ley que, si alguien se entera de algo acerca de una cuestión pública, por los vecinos, gracias a un rumor o un comentario, debe llevar la noticia al magistrado y no compartirla con ningún otro, porque a menudo se vio que hombres temerarios y sin experiencia son aterrorizados por falsos rumores y llevados al crimen y a tomar decisiones sobre cuestiones cruciales. Los magistrados ocultan lo que saben; lo que juzgan que es de provecho, lo comunican a la multitud. No está permitido hablar de cuestiones públicas sino en la asamblea” (César, VI, 19-20).
Fuente: Estructura político-social y costumbres galas
[+/-] | ASTÉRIX Y CLEOPATRA |
ASTÉRIX ET CLÉOPÂTRE (1968)
Cleopatra quiere demostrar a Julio César que los egipcios son capaces de construir mejor que los romanos y, para ello, encarga a Numerobis, el arquitecto, que proyecte un palacio y lo construya en el plazo de tres meses. Numerobis se siente incapaz de hacerlo, por lo que pide ayuda a su amigo el druida Panorámix. Este parte hacia Alejandría en busca de su amigo, y lo hace acompañado por Astérix y Obélix. Juntos sortearán un sinfín de peligros, visitarán la Esfinge y las Pirámides, navegarán por el Nilo, incluso pasarán un rato en la cárcel...
Cleopatra quiere demostrar a Julio César que los egipcios son capaces de construir mejor que los romanos y, para ello, encarga a Numerobis, el arquitecto, que proyecte un palacio y lo construya en el plazo de tres meses. Numerobis se siente incapaz de hacerlo, por lo que pide ayuda a su amigo el druida Panorámix. Este parte hacia Alejandría en busca de su amigo, y lo hace acompañado por Astérix y Obélix. Juntos sortearán un sinfín de peligros, visitarán la Esfinge y las Pirámides, navegarán por el Nilo, incluso pasarán un rato en la cárcel...
[+/-] | ASTÉRIX EL GALO |
ASTÉRIX LE GAULOIS (1967)
En el año 50 antes de Cristo toda la Galia ha sido ocupada por los romanos... ¿Toda? no; una pequeña aldea de irreductibles galos resiste incansable al invasor. En el campamento romano próximo de Petibonum, Caius Bonus está muy enfadado porque sus patrullas, cada vez que se encuentran con alguno de los habitantes del pequeño pueblo galo, son derrotadas y dispersadas. Ello es debido a que los galos toman una poción mágica que les hace invencibles, cuya fórmula secreta sólo es conocida por el druida Panoramix. Los romanos secuestran al druida, pero no consiguen que les revele la fórmula secreta. Entretanto, Astérix, que ha echado de menos a Panorámix, se introduce en el campamento romano para liberarle...
En el año 50 antes de Cristo toda la Galia ha sido ocupada por los romanos... ¿Toda? no; una pequeña aldea de irreductibles galos resiste incansable al invasor. En el campamento romano próximo de Petibonum, Caius Bonus está muy enfadado porque sus patrullas, cada vez que se encuentran con alguno de los habitantes del pequeño pueblo galo, son derrotadas y dispersadas. Ello es debido a que los galos toman una poción mágica que les hace invencibles, cuya fórmula secreta sólo es conocida por el druida Panoramix. Los romanos secuestran al druida, pero no consiguen que les revele la fórmula secreta. Entretanto, Astérix, que ha echado de menos a Panorámix, se introduce en el campamento romano para liberarle...
[+/-] | ASTÉRIX Y LAS DOCE PRUEBAS |
LES DOUZE TRAVAUX D'ASTÉRIX (1976)
Corre el año 50 A.C. En la Galia, ocupada por los romanos, un pequeño poblado galo resiste de forma victoriosa a los insistentes ataques de los invasores. César sabe que hay que hacer algo para evitar verse humillado y ridiculizado. Por ello obliga a los habitantes del poblado a que elijan dos representantes que deberán superar doce pruebas que sólo los dioses podrían resistir. Lo que no sabe César es que los dos galos elegidos: Astérix, el guerrero, y Obélix, el portador de menhires, cuentan con la ayuda de la poción mágica cuya fórmula secreta solamente conoce el druida Panorámix.
Corre el año 50 A.C. En la Galia, ocupada por los romanos, un pequeño poblado galo resiste de forma victoriosa a los insistentes ataques de los invasores. César sabe que hay que hacer algo para evitar verse humillado y ridiculizado. Por ello obliga a los habitantes del poblado a que elijan dos representantes que deberán superar doce pruebas que sólo los dioses podrían resistir. Lo que no sabe César es que los dos galos elegidos: Astérix, el guerrero, y Obélix, el portador de menhires, cuentan con la ayuda de la poción mágica cuya fórmula secreta solamente conoce el druida Panorámix.
[+/-] | LOS TRABAJOS DE HÉRCULES |
Hércules se dirige a la corte del rey Pelias de Yolco para enseñar a Ifito, hijo de Pelias, el uso de las armas. La hermosa hija de Pelias, la princesa Iole, narra a Hércules la llegada de su padre al poder y la historia del robo del vellocino de oro. En la ciudad muchos sospechan del rey Pelias, pues creen que éste ha conseguido el trono mediante el fratricidio. Poco a poco Hércules y Iole se sienten atraídos y surge el romance entre ellos. Mientras tanto Pelias se siente desafíado, ya que su poder es puesto en duda al no poseer el vellocino de oro, por lo que envía a los argonautas, entre ellos Hércules, a recuperarlo.