[+/-] | EL ACENTO LATINO. LA LEY DE LA PENÚLTIMA SÍLABA (ACTIVIDADES) |
Ejercicio 1. Divide las siguientes palabras latinas en sílabas.
TEMPLUM
AGER REGNA TERRARUM |
INCOLAE
HUMUS PULCHER PUBLICOS |
MAGNORUM
MULTIS FRIGIDI FILIUS |
COPIAE
STRENUUS EQUUM SAGITTAS |
GAUDEO
AMAVIMUS MASSILIA PROVINCIAE |
Ejercicio 2. Señala la cantidad de la última sílaba y acentúa correctamente las siguientes palabras latinas. Después clasifícalas en llanas o esdrújulas.
COPIAE
FILIUS ACCIPIO STRENUUS |
DISCĬPULOS
COMOEDIAE EQUUM PRAEMIUM |
DOMĬNUS
ULIXES IUSTITIA SAGITTAS |
GAUDEO
PERPETUA DIFFICILIS DEINDE |
TRISTIA
SUPERBUM MOENIA CORNEA |
Ejercicio 3 . Señala el acento en los versos del siguiente poema de Catulo (Carmĭna V). y practica leyendo en voz alta. La cantidad de las sílabas largas o breves por naturaleza vienen anotadas.
1. Viuamus, mea Lesbia, atque amemus,
2. rumoresque senum seueriorum 3. omnes unius aestimemus assis. 4. Soles occidere et redire possunt: 5. nobis, cum semel occidit breuis lux, 6. nox est perpetua una dormienda. 7. Da mi basia mille, deinde centum, 8. dein mille altera, dein secunda centum, 9. deinde usque altera mille, deinde centum. 10. Dein, cum milia multa fecerimus, 11. conturbabimus illa, ne sciamus, 12. aut nequis malus inuidere possit, 13. cum tantum sciat esse basiorum. |
1. Vivamos, Lesbia mía [1] y amémos,
2. y todas las habladurías de los ancianos en exceso 3. escrupulosos estimemos en un as[2]. 4. Los astros pueden ocultarse y reaparecer: 5. tan pronto como se apague la breve luz, 6. una noche eterna ha de ser dormida por nosotros[3] 7. Dame mil besos y después cien, 8. luego otros mil, luego por segunda vez cien. 9. luego hasta otros mil y cien. 10. después, cuando hayamos hecho muchos miles, 11. los revolveremos para que no (lo) sepamos 12. o para que ningún malvado sea capaz de aojarnos[4] 13. cuando sepa que hay tantos besos. |
- Se refiere a Claudia Pulcra Tercia, también conocida como Clodia o Claudia Metela, patricia romana, nacida en 95 a. C., tercera hija del patricio Apio Claudio Pulcro y Cecilia Metela Baleárica y hermana de Publio Clodio Pulcro. Su vida, inmortalizada en los escritos de Cicerón y también, según creencia general, en los poemas de Catulo, fue caracterizada por unos continuos escándalos.
- El as es una moneda romana de escaso valor.
- Referencia a la brevedad de la vida (brevis lux) frente a la eternidad de la muerte (nox perpetua)
- Verbo transitivo que significa echar mal de ojo.
Para la realización de estas actividades te será útil esta aplicación de la página Ludus Litterarius en la que podrás introducir la palabra que deseas acentuar y el programa la divide en sílabas y la acentúa. En los casos en los que la cantidad de la vocal de la penúltima sílaba sea larga, debes marcarlo con una de las vocales que te salen en pantalla.
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Puedes realizar más actividades online en los siguientes enlaces
[+/-] | EL ACENTO LATINO, LA LEY DE LA PENÚLTIMA SÍLABA |
En latín no existe acento gráfico, pero sí el tónico o de intensidad, que depende de la cantidad de la penúltima sílaba. Por tanto, para familiarizarse pronto con la correcta acentuación de las palabras latinas, hay que tener en cuenta lo siguiente:
División en sílabas las palabras latinas.
Por lo general, es igual que en español. Tienes que tener en cuenta:
- En latín solo son diptongos AV, AE Y OE y EV sólo en algunos monosílabos y en palabras de origen griego:
AV-RE-A |
EV-RO-PA |
RES-PON-DE-O |
- En cambio, los dígrafos QV, y GV seguidos de una vocal, aunque se leen los dos elementos [ku] y [gu], representan un solo sonido, p.ej. QVAES - TOR [kuáéstor] se divide como QVAES-TOR (no QU-AES-TOR y SANGVINIS se lee [sángüinis] como SAN-GUI-NIS, no como SAN-GU-I-NIS:
QVIN-QVE |
PIN-GVES-CO |
AR-GVVNT |
- Las consonantes geminadas se separan de forma que la primera pertenezca a una sílaba y la segunda a la otra:
AN-NVM |
AP-PEL-LA-RE |
AS-SIS-TE-RE |
- La I y la V actúan como consonantes (= j y v, respectivamente) al principio de palabra o de sílaba seguida de vocal (p. ej. IVLIVS se dividiría JU-LI-US) o entre dos vocales (p.ej. OVVM se dividiría O-VUM):
IA-CE-RE |
VO-LVN-TAS |
O-VES |
- Una S seguida de consonante a principio de palabra forma una misma sílaba:
SCI-LI-CET. Leyes sobre el acento latino |
SCAENA |
STU-DI-UM |
- En latín no hay palabras agudas u oxítonas (excepto los monosílabos y algunas palabras abreviadas) ni tampoco sobresdrújulas.
- Las palabras de dos sílabas son todas llanas o paroxítonas.
- Las palabras de más de dos sílabas (las únicas, por tanto, que entrañan dificultad a efectos de acentuación) son:
- Llanas u oxítonas, cuando la penúltima sílaba es larga (en los diccionarios o vocabularios especializados, se representa con el signo ¯ encima): ROMĀNUS, MONĒRE, AUDĪMUS.
- Esdrújulas o proparoxítonas, cuando la penúltima sílaba es breve (se la representa con el signo ˘ encima): HOMĬNES, MILĬTEM, INSŬLAE, REDĔO.
Reglas básicas sobre la acentuación de la penúltima sílaba
- Son sílabas breves las que contienen una vocal situada delante de otra vocal con la que no forma diptongo: REDĔO, MILITĬA, etc.
- Son sílabas largas las que contienen:
Las palabras que en su última sílaba lleven las enclíticas -QVE, -NE, o -VE, salvo raras excepciones, se consideran llanas, a efectos de acentuación, aunque la penúltima sílaba sea breve: BELLÁQUE, MVLTÓSQVE, IDEÓQVE, VENÍSNE, ALIÓVE.
- Vocal delante de dos consonantes: EXPŪLSIS, LIBĒRTAS, LAVDĀNTVR, RELĪCTO.
- Vocal delante de x: INFĪXIS, PERTĒXO, RESPĒXI, PARADŌXON.
- Diptongos (AE, OE, AV, EV) : INAVDAX, TRAGOEDVS, INSTAVRO, AVLA.
Actividades
[+/-] | ALFABETO GRIEGO: PRONUNCIACIÓN Y ESCRITURA |
En la página del profesor Carlos Viloria encontrarás una amplia variedad de ejercicios con los que evaluar tus conocimientos.
[+/-] | 1ª Y 2ª DECLINACIÓN: LUPUS ET AGNUS |
Lupus et agnus in fluvii ripa aquam potabant. Superior ( en la parte de arriba) stabat lupus atque inferior (mucho más abajo) agnus. Agnus parvus erat, et lupi audacia magna erat. Agni et cervi lupos timent, nam lupi agnos saepe devorant. Agnus lupum videt et fugam temptat, sed lupus videt etiam agnum et causam iniuriae quaerit. Tua causa, dicit, aqua turbida est. At agnus respondet : tu potas superior et agua decurrit a te (desde ti). Tamen lupus iniustus timidum agnum vulnerat et devorat.
Vocabulario
agnus : i, m. : cordero
aqua : ae, f. : agua at : conj. : pero atque : conj. : y , y también, y además audacia : ae, f. : 1 - audacia, osadía, atrevimiento. - 2 - valor, decisión, ánimo. audax : acis : audaz, osado, atrevido; confiado causa : ae, f. : causa, motivo; asunto judicial, proceso; + Gen. : por, a causa de, para causor : aris, ari : pretextar, aducir como excusa ceruus : i, m. : ciervo de : prep. + abl. : de, desde lo alto de, decurro : is, ere, cucurri, cursum : descender a la carrera, precipitarse deuoro : as, are : devorar, tragar dico : is, ere, dixi, dictum : 1 - decir, afirmar, pronunciar, expresar; recitar. - 2 - decir un nombre, nombrar, llamar. - 3 - arengar, pleitear, defender. en : sigue a un nom. o acc. : he aquí et : conj. : y. adv. también etiam : adv. : todavía, también, incluso fluuius : i, m. : río in : prep. : (ac.) a, hacia, para, contra; (abl.) en inferior : oris : inferior inferus : a, um : de abajo, inferior (inferi : los infiernos) iniuria : ae, f. : injusticia, afrenta, injuria iniurius : a, um : injusto, inicuo iniustus : a, um : injusto, inicuo; excesivo lupus : i, m. : lobo magnus : a, um : grande |
nam : conj. : pues, en efecto
pareo : es, ere, ui, itum : aparecer, mostrarse; obedecer pario : is, ere, peperi, partum : parir; producir, engendrar; procurar, adquirir pars : partis, f. : parte, fracción, proporción, partido, lado paruus : a, um : pequeño, corto, escaso, humilde, de corta edad poto : as, are : beber quaero : is, ere, siui, situm : buscar, interrogar respondeo : es, ere, di, sum : responder ripa : ae, f. : ribera; costa saepe : inv. : a menudo, con frecuencia, saepes : is, f. : cerca, seto, vallado sed : conj. : pero, sino sto : as, are, steti, statum : mantenerse de pie sum : es, esse, fui : ser; al inicio de frase: hay superior : oris : más elevado, superior, precedente superus : a, um : que está por encima ; Superi : los dioses tamen : adv. : sin embargo tempto : as, are : intentar coger, probar, intentar timeo : es, ere, timui : temer timidus : a, um : temeroso tu : tui, pron. : tú, te, ti,contigo turbidus : a, um : perturbado tuus : a, um : tu, el tuyo uideo : es, ere, uidi, uisum : ver uulnero : as, are : herir |
[+/-] | GEOGRAFÍA DE ITALIA. ACTIVIDADES. |
1. ¿Qué es una península?
El latín te da una pista para ayudarte con la definición: La etimología de península se remonta a la palabra latina paeninsula, formada por el adverbio paene = casi y el sustantivo insula = isla.
2. ¿Qué otras penínsulas hay en el sur de Europa?
Pistas: Las baña el mar Mediterráneo, en su momento fomaron parte del Imperio Romano; una de ellas la has visitado ya y la otra atravesó una guerra a finales de los años noventa del pasado siglo XX.
3. Italia está situada en el centro de un mar y rodeada por otros tres mares situados al este, al oeste y al sur. Señala los mares a los que nos referimos y sitúalos en el mapa.
4. Italia tiene dos grandes cadenas montañosas; una de ellas la atraviesa de norte a sur y provoca la división entre Italia oriental y occidental; la otra la cierra por el norte y la separa del resto de Europa. Atravesarla y expandir sus fronteras fuera de ella fue el gran logro de los romanos. Señala los sistemas montañosos a los que nos referimos y sitúalos en el mapa
5. En el primer milenio antes de Cristo habitaron Italia una serie de pueblos´cada uno portador de una cultura determinada. Observa el mapa y responde:
6. Los ríos de Italia, en comparación con los ríos de otras regiones europeas, son cortos; los más largos apenas llegan a los doscientos kilómetros. Señala los ríos que fluyen por Italia y sitúalos en el mapa de ejercicios.
Pistas: uno es el más largo de Italia, a otro se le confunde siempre con un río aleman con el que comparte la etimología indoeuropea del nombre, el tercero fluye por la ciudad de Florencia y al cuarto fueron arrojados los gemelos Rómulo y Remo recien nacidos. El quinto y último situado en el norte señaló desde el año 59 a.C. la frontera entre las provincias romanas y la Galia Cisalpina.
7. El Mediterráneo es una zona del planeta en la que se encuentran la placa tectónica Euroasiática y la placa Africana; producto de ese encuentro o "choque", la cuenca del Mediterráneo es una zona de inestabilidad sísmica y volcánica. En Italia, en concreto encontramos un gran número de volcanes e islas de origen volcánico. Ubica en el mapa de ejercicios los siguientes: Vesubio, Etna, Vulcano, Stromboli.
8. Señala si son verdaderas o falsas las siguientes afirmaciones
9.- Lee el siguiente texto y responde a las preguntas formuladas a continuación:
“Eneas…visitó en primer lugar Macedonia, a continuación se llegó a Sicilia en busca de un lugar donde asentarse;
de Sicilia, dirigió su rumbo hacia el territorio Laurentiano… y como sus viajes casi infinitos no les habían dejado más que sus armas y sus naves, comenzaron a saquear la zona. Los aborígenes, que ocupaban el país, con su rey Latino a la cabeza, llegaron apresuradamente desde la ciudad y los distritos rurales a fin de repeler las incursiones de los extranjeros por la fuerza de las armas.
Desde este punto hay una doble tradición. Según unos, Latino fue derrotado en la batalla, e hizo la paz con Eneas, y, posteriormente, una alianza familiar. Según otros, mientras los dos ejércitos se encontraban dispuestos a enfrentarse y a la espera de la señal, Latino avanzó desde sus líneas e invitó al líder de los extranjeros a conferenciar. Él le preguntó qué clase de hombres eran, de dónde venían, lo que había ocurrido para hacerles abandonar sus hogares, qué buscaban cuando llegaron al territorio de Latino. Cuando se enteró de que los hombres eran troyanos, que su jefe era Eneas, hijo de Anquises y Venus, que su ciudad había sido quemada, y que los exiliados sin hogar estaban buscando un lugar para asentarse y construir una ciudad, quedó tan impresionado con el porte noble de los hombres y su jefe, y su disposición a aceptar tanto la paz como la guerra, que ofreció su mano derecha como compromiso solemne de amistad para el futuro. Un tratado formal se realizó entre los dirigentes y se intercambiaron saludos entre los ejércitos. Latino recibió a Eneas como invitado en su casa, y allí, en presencia de sus deidades tutelares, completó la alianza política con otra doméstica y dio a su hija en matrimonio a Eneas. Este incidente confirmó a los troyanos en la esperanza de que habían llegado al término de sus viajes y ganado un hogar permanente.” (Tito Livio, Ab urbe condita, libro I)
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[+/-] | ACTIVIDADES SOBRE LA GUERRA DE TROYA |
1º.- Señala en un mapa de Grecia los siguientes lugares y por qué hechos son conocidos:
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3º. ¿Qué personajes intervienen en el llamado “juicio de Paris”?. ¿Qué papel representa cada uno de estos personajes? ¿Cuáles son sus atribuciones y qué les caracteriza?
4º.- Uno de los reyes participantes en la guerra de Troya fue Agamenón, jefe de los ejércitos griegos. ¿Qué ofrenda tiene que hacer a los dioses para que le sean favorables? ¿Por qué tiene que hacer esta ofrenda? ¿Qué sucede durante la celebración del sacrificio? ¿Cómo lo interpretan los griegos?
5º.- ¿Quiénes son los héroes? ¿Cuál fue el héroe más famoso de la guerra de Troya? ¿Puedes citar algún otro héroe que conozcas
6º.- ¿Qué hace la diosa Tetis para convertir a su hijo en un ser invulnerable (que no puede ser herido)? ¿Quién es su hijo? ¿Qué malos augurios rodearon el nacimiento de éste?¿Con quién se educa durante su infancia y adolescencia? ¿Qué actividades aprende? ¿Con qué es alimentado?
7º.-¿Qué regala la diosa Tetis a su hijo antes de que éste parta hacia Troya? ¿Por qué no quería la diosa que su hijo fuera a la guerra? ¿Cómo intenta impedírselo?
8º.-. ¿Qué dios fabrica las armas de Aquiles? ¿De qué estan hechas estas armas? ¿A quién se las prestara una vez que empiece la guerra?
9º.- ¿Por qué Aquiles se retira del combate y jura no volver a combatir en defensa de los griegos?
¿Cuánto tiempo permanece alejado del combate? ¿Por qué vuelve a combatir?
10º.- ¿Qué venganza lleva a cabo Aquiles contra el que ha dado muerte a su amigo Patroclo? ¿Qué pretende con esta actuación? ¿Cómo fueron las honras fúnebres de Héctor? Infórmate de cómo eran en la antigüedad las ceremonias fúnebres
11º.- ¿Qué dios había construido las murallas de Troya? ¿Por qué eran inexpugnables?
12º.- ¿Cuánto tiempo duró el conflicto de Troya? ¿Qué diosas protegían y defendían a los griegos y cuáles a los troyanos? ¿Por qué se decantaron por unos o por otros contendientes?
13º.- ¿Qué características destacarías en cada uno de estos personajes
- Helena
- Aquiles
- Paris
- Ulises
- Héctor
15º.- Busca información acerca del equipamiento y las armas de un guerrero griego de la época micénica
16º.- ¿Sabes qué fue de Helena después de la guerra de Troya? ¿Crees que tuvo un final justo?
17º.- Imagina –informándote previamente- cómo sería el paisaje y el terreno de los lugares en que transcurre la guerra de Troya: Troya, Micenas, la isla de Ítaca, Esparta. ¿Y el mar griego cómo lo imaginas?
18º.- Explica las siguientes expresiones y a qué hechos aluden:
- la pereza es su talón de Aquiles
- en la reunión se armó la de Troya
20º.- ¿Qué sabes de la ciudad de Troya? ¿Existió realmente? ¿Cuáles creen que debieron ser las causas reales de esta guerra? ¿Cómo se descubrió esta ciudad? ¿Quién y cuándo se descubrió?
[+/-] | EL INFRAMUNDO ETRUSCO. LOS DIOSES DEL MÁS ALLÁ |
Las creencias en la vida de ultratumba pesaron mucho en el comportamiento de los etruscos. Una parte de su literatura sagrada se refería precisamente a las fórmulas y ceremonias que era necesario cumplir para que el difunto alcanzara la felicidad en el más allá. Los rituales relativos al mundo funerario comprendían diversos elementos, que conocemos, al igual que otros aspectos de la religión etrusca, a través de la riquísima pintura mural de las tumbas y de los relieves esculpidos sobre sarcófagos y urnas. También sabemos algo gracias a las modernas excavaciones arqueológicas. Así, en la antesala de algunas grandes tumbas, se ha podido identificar una estructura arquitectónica definida por un vestíbulo a cielo abierto y provista en ocasiones de un graderío, que servía como espacio para la celebración de las ceremonias fúnebres.
Uno de los rituales funerarios que se llevaban a cabo era el conocido como «juego de Phersu», por el nombre de uno de sus protagonistas. En algunas pinturas aparece un hombre casi desnudo, con la cabeza tapada con un saco y armado de una maza o una espada, que es atacado por un perro que ya le ha producido heridas; junto a él hay otra figura, llamada Phersu en una inscripción, con el rostro cubierto con una máscara y llevando en la mano una cuerda que se enlaza en la pierna de la víctima. El fin del juego no puede ser otro que la muerte del encapuchado por los ataques del perro, azuzado por Phersu, de manera que estamos ante una especie de sacrificio humano en honor del difunto.
El límite entre el universo de los vivos y el de los muertos quedaba marcado con claridad. En el famoso sarcófago de una mujer llamada Hasti Afunei, procedente de Clusium (actual Chiusi), el límite se señala mediante una muralla, con una puerta entreabierta guardada por una figura femenina llamada Culsu. La función de umbral puede desempeñarla también una gran roca. Estas puertas son un motivo muy extendido en la decoración de los monumentos funerarios y aunque se discute si siempre deben interpretarse del mismo modo, su función simbólica de acceso al mundo de ultratumba parece ser la más adecuada. De ahí la idea de la tumba como «antecámara» de los infiernos, de donde parte el viaje definitivo.
En sus fases más antiguas, los demonios del mundo de ultratumba solían combinar un cuerpo de hombre con una cabeza de lobo o de ave de presa. En unos relieves de época tardía, que aparecen en urnas de Perugia y de Volterra, el demonio-lobo emerge de una estructura de forma circular parecida a la boca de un pozo que, sin duda, representa la entrada al infierno, y agarra a una de las figuras que le rodean en presencia de Vanth, un genio femenino de la muerte. Este demonio-lobo es, por tanto, un enviado del dios de los infiernos, cuya misión es atrapar a aquellos cuya muerte ya ha sido decretada.
Los más frecuentes entre los demonios son Charu y la mencionada Vanth. El primero es un personaje masculino, cuyo nombre deriva de Caronte, el barquero griego que trasladaba a los difuntos hasta el Hades cruzando la laguna Estigia. Sin embargo, ambas figuras, la etrusca y la griega, son muy diferentes. La apariencia de Charu es monstruosa: tiene nariz ganchuda, orejas de animal y a veces tiene grandes colmillos; además, su piel es de color azulado y con pústulas, como la carne en descomposición, y puede llevar alas, aunque por lo general se presenta sin ellas. Su principal atributo es un gran martillo, y a veces puede incorporar serpientes o unas llaves. La función del martillo no está clara, aunque se piensa que podría servir para abrir las puertas que conducen a los infiernos, cerradas con una gran tranca. Su principal función es anunciar a los moribundos el momento de la muerte, separándoles de sus familiares y amigos, y, a continuación, les guía en su viaje al Más Allá.
Las representaciones del infierno etrusco estaban muy influidas por las ideas griegas del Más Allá. Los dioses que presidían este mundo eran Aita y Phersipnei, traducción en lengua etrusca de los dioses griegos Hades y Perséfone; ambos desempeñaban una función en la que habían sustituido a los dioses etruscos originarios. Sin embargo, tanto Aita como Phersipnei tenían rasgos etruscos propios: Aita aparece cubierto con una cabeza de lobo a modo de capucha, lo que inevitablemente recuerda al tradicional demonio-lobo etrusco, mientras que Phersipnei tiene los cabellos ensortijados y de ellos despuntan serpientes, a semejanza de los genios infernales femeninos.
Al llegar al Más Allá, el difunto se encontraba con sus antepasados y pasaba a disfrutar de la vida en común con ellos. Esta nueva vida se imaginaba al estilo de la que se había llevado con anterioridad, y contribuía a reafirmar la permanencia del grupo familiar. La felicidad de la existencia de ultratumba se expresaba a través del banquete, servido por los demonios en compañía de los dioses infernales. El banquete que se celebraba en los funerales podía simbolizar el destino ideal y último del difunto, y en este sentido habría que entender la frecuente representación de figuras reclinadas, en actitud de banquetear, sobre las cubiertas de sarcófagos y urnas. En definitiva, del infierno etrusco no emana una sensación tan pesimista como cabría esperar de la terrorífica apariencia de sus moradores.
Para saber más
- Los etruscos: pórtico de la historia de Roma. Federico Lara Peinado. Cátedra, Madrid, 2007.
- Vida cotidiana de los etruscos. Jacques Heurgon. Temas de Hoy, Madrid, 1994.
- Rasna, el pueblo olvidado. Mariangela Cerrino. Salamandra, Barcelona, 2001.
[+/-] | EL NACIMIENTO DE LA CIVILIZACIÓN. LAS PRIMERAS CIUDADES |
En el II milenio a.C., los habitantes de Babilonia recordaban una época anterior en la que sus antepasados habían vivido de modo muy distinto al suyo. «No se había construido ningún templo, / No había brotado ningún junco… / no se había construido ninguna casa, no se había creado ninguna ciudad… / el mundo era un marjal y un cañaveral…» decía un poema en honor del dios Marduk. Fue justamente la aparición de esta divinidad la que cambió la situación creando la primera ciudad de la historia: «Entonces Marduk construyó Uruk, él creó Eanna».
La leyenda babilónica puede verse como el reflejo de un hecho fundamental de la historia de la humanidad: el surgimiento en Mesopotamia de las primeras ciudades propiamente dichas. Desde luego, este fenómeno no fue obra de un dios, ni tampoco se produjo de forma repentina, como sugiere el poema. Al contrario, lo que los historiadores denominan a veces «revolución urbana» constituyó un proceso gradual que, aunque alcanzó su punto de cristalización en Mesopotamia, se inició anteriormente en diversos puntos a lo largo del Próximo Oriente, desde el Levante hasta Irán. Allí fueron surgiendo poblados de dimensiones cada vez más considerables, basados en la producción agrícola, a menudo defendidos con murallas y con prácticas religiosas complejas. Según algunos historiadores, Jericó, Çatal Hüyük o tal vez Eridu habrían sido las primeras ciudades de la historia, aunque la definición de lo que es una ciudad sigue siendo hoy en día tema de controversia entre los arqueólogos.
Las murallas de Jericó
Los primeros pasos en el proceso de urbanización se registran en el área de la actual Siria y Palestina. Allí, entre 12000 y 7500 a.C., grupos de cazadores-recolectores abandonaron por primera vez su modo de vida itinerante, el único que había conocido la humanidad durante el largo período del Paleolítico, para instalarse en pequeños poblados en los que se desarrolló una economía agrícola y ganadera, característica del Neolítico. Las casas, a menudo redondas, tomaron la forma de cabañas semienterradas. También se observan enterramientos individuales y colectivos que sugieren que el sentimiento religioso de los habitantes de estas aldeas estaba relacionado con un sentido de pertenencia a un lugar.
El ejemplo más impresionante de los asentamientos de este período se encuentra en Tell es-Sultan, en el valle del Jordán. Desde la década de 1950, la arqueóloga británica Kathleen Kenyon excavó el yacimiento y lo identificó con Jericó, la primera ciudad de Palestina que conquistaron los israelitas tras abandonar Egipto, según el relato del Antiguo Testamento. Éste cuenta que Josué, el sucesor de Moisés, sometió la urbe a asedio y que sus murallas fueron derribadas al son de las trompetas. Este episodio se situaría históricamente entre 1400 y 1260 a.C., pero el yacimiento estudiado por Kenyon y arqueólogos posteriores –en particular, la misión italiana de la Universidad de Roma-La Sapienza– posee niveles mucho más antiguos, que se remontan al VIII milenio a.C.
Para entonces, Jericó constituía un enclave densamente poblado, con casas circulares de ladrillos de adobe hechos a mano. Además, contaba con una muralla de piedra y una torre circular de nueve metros de altura, una obra que presupone el trabajo colectivo de toda la comunidad. Cabe destacar asimismo el hallazgo de unos impactantes cráneos humanos, con el rostro cubierto de arcilla moldeada y las cuencas de los ojos rellenadas con conchas; un indicio de que los habitantes de Jericó practicaban ritos funerarios y, por tanto, tenían una preocupación profunda por el Más Allá, algo común en otras regiones del Levante.
¿Es la Jericó del VIII milenio a.C. la primera ciudad de la historia, como sostuvo Kathleen Kenyon? Hoy día se piensa que no sería correcto considerarla como tal. Su tamaño era modesto –cuatro hectáreas de superficie– y ni siquiera parece que sus no más de 2.000 habitantes practicaran la agricultura, sino que dependían para su subsistencia de la caza y la recolección, aunque en cambio consta que se dedicaban al comercio. Su sociedad, en fin, tampoco estaba jerarquizada, pues no se han documentado palacios ni templos.
El misterio de Çatal Hüyü‘
En el período que va de 7500 a 6000 a.C. aproximadamente, las experiencias de urbanización se ampliaron notablemente, alcanzando no sólo el Levante, sino también Turquía, Mesopotamia e Irán. Las dimensiones de los núcleos habitados también aumentaron, como se aprecia en el yacimiento más destacado de este período, Çatal Hüyük, en el centro de la actual Turquía, descubierto por James Mellart en la década de 1950. Se trata de un impresionante poblamiento, de 13 hectáreas de superficie, el triple de Jericó, y se calcula que albergaba entre 5.000 y 7.000 habitantes. Las casas eran rectangulares y bastante estandarizadas, y estaban adosadas unas a otras. Los habitantes de Çatal Hüyük fabricaban cerámica y su economía era diversificada, con la agricultura como base principal.
Con todo, el aspecto más llamativo de Çatal Hüyük es el de sus prácticas religiosas. Por un lado, se han encontrado enterramientos cuidadosamente dispuestos bajo el suelo de las casas, indicio de una preocupación por los difuntos, como ya ocurría en Jericó. Además, parece que había edificios específicamente dedicados al culto. Se ha observado que las paredes de algunas viviendas estaban decoradas con grupos de cabezas de animales como toros, jabalíes, buitres y comadrejas, elaboradas a partir de sus cráneos, así como con pinturas murales de gran interés, en las que se adivinan formas de manos, toros, ciervos, jabalíes, onagros, lobos, osos y leones; hay una especialmente interesante en la que se aprecian unos buitres devorando unos cuerpos humanos, algunos de ellos decapitados.
Igualmente sorprendente es el hallazgo de estatuillas femeninas y símbolos de fecundidad como un pecho modelado, lo que ha sugerido la existencia de un culto a la «diosa madre». Pese a ello, no es seguro que esas casas de Çatal Hüyük fueran «santuarios» ni que hubiera una clase de «sacerdotes»; más bien se trata de un culto doméstico.
Sin duda, Çatal Hüyük representa un salto cualitativo respecto a los asentamientos precedentes, pero cabe señalar que aún carece de los rasgos que nos permitirían definirlo como una ciudad. El dato más elocuente al respecto es que en un momento dado el núcleo fue abandonado por sus habitantes y en su lugar surgieron pequeños poblados en la llanura circundante, como si Çatal Hüyük hubiera alcanzado el máximo crecimiento posible con los recursos disponibles. Como escribe Charles Redman, Çatal Hüyük fue «un prematuro destello de esplendor y complejidad que tuvo lugar con mil años de antelación».
La llanura mesopotámica
El salto hacia la urbanización no se produciría en Levante ni en Anatolia, sino en las tierras situadas entre el Tigris y el Éufrates. Entre los milenios VI y V a.C., grupos de agricultores y ganaderos abandonaron las estribaciones montañosas en torno a Mesopotamia, como los Zagros, para instalarse en la llanura. En estas fértiles tierras aluviales se desarrolló una economía agraria de gran rentabilidad, que tuvo como requisito una organización social capaz de crear un complejo sistema de canales de riego y de diques para controlar las crecidas estacionales de los ríos. Ello favoreció la producción masiva de cereal, la aparición de excedentes destinados a la comercialización y, en fin, un crecimiento demográfico sostenido, que dio lugar a poblados cada vez más nutridos y, en último término, a auténticas ciudades.
La cultura de Samarra, por su parte, se desarrolló en una zona más meridional, en la que se practicaba ya la agricultura mediante irrigación. La población se concentraba en pequeñas aldeas, pero también encontramos un enclave de mayores dimensiones, Tell es-Sawwan, con una arquitectura más compleja. Las casas estaban construidas con adobes regulares, hechos con molde y reforzados en el exterior, una característica que perdurará en las ciudades mesopotámicas. Además, el poblado estaba rodeado por una muralla defensiva y contaba con una cerámica decorada notablemente elaborada.
En Choga Mami se ha hallado otro núcleo de dimensiones también importantes, con una población en torno al millar de personas; insuficiente, sin embargo, para hablar de una ciudad. Lo mismo puede decirse de los poblados de la cultura de Halaf, que sustituyó a la de Hassuna en el norte de Mesopotamia y cuya característica cerámica, de enorme calidad, se ha hallado en Irak y Siria. Sus asentamientos, como el de Arpachiyah, estaban formados por viviendas pequeñas de planta circular que no superaban los doscientos habitantes.
En torno a 4500 a.C. surgió en el norte de Mesopotamia, sustituyendo a la cultura de Halaf, una nueva cultura, la de Obeid, que se expandiría ampliamente hacia el sur. Su nombre procede del yacimiento de Tell el-Obeid, pero hoy sabemos que su origen se encuentra en Eridu, un lugar habitado al menos desde 5000 a.C. Según el mito mesopotámico del diluvio, Eridu aparece como la primera de las ciudades antediluvianas: «Después de que la realeza descendiera del cielo, ésta residía en Eridu». En una composición posterior, conocida como el Génesis de Eridu, la ciudad es mencionada de nuevo como la más antigua de todas las urbes, planificada por los dioses y sede del dios Enki.
La primera metrópoli
Con una población entre 2.000 y 4.000 personas, Eridu era ciertamente más que una aldea, pero no alcanzaba aún las dimensiones de las ciudades que pronto surgirían. Quizás el recuerdo milenario de Eridu como una ciudad de gran antigüedad se debe a su especial significación religiosa, pues fue allí donde nacieron los primeros templos, recintos monumentales dedicados exclusivamente al culto, con mesas de ofrendas y cerámica de calidad, y que se consideran el precedente de los zigurats mesopotámicos. Tras el largo período de pervivencia de la cultura de Obeid –unos mil quinientos años–, germinó al fin la primera experiencia urbana completa, durante el llamado período de Uruk (3500-2900 a.C.).
Fue entonces cuando en la baja Mesopotamia se creó una completa red de canales que permitió una expansión económica y demográfica sin precedentes, así como la aparición de sociedades jerarquizadas, dominadas por burócratas y sacerdotes que controlaban los recursos. Sin duda, fue una época de grandes transformaciones: se desarrolló la escritura, surgieron sistemas religiosos completos y, sobre todo, aparecieron las primeras ciudades de la historia propiamente dichas.
La principal de ellas fue Uruk. Se trata de un asentamiento que ya había sido ocupado en el período de Obeid, aunque entonces sus dimensiones eran modestas. Durante el período de Uruk, el núcleo creció rápidamente, hasta alcanzar los 10.000 habitantes, cifra que hacia 2700 a.C. ascendió a entre 50.000 y 80.000. En su extenso término, con una superficie de 400 hectáreas y rodeado por una muralla de diez kilómetros de longitud, se han hallado diversos recintos sagrados de grandes proporciones, así como un zigurat.
Uruk, y poco después los grandes núcleos sumerios de la baja Mesopotamia, alumbraron así la primera experiencia completa de vida urbana de la historia, un proceso que enseguida se extendería por amplias regiones del Próximo Oriente –como muestran el yacimiento sirio de Tell Brak, el turco de Arslantepe y el iraní de Susa– y transformaría para siempre el curso de la civilización.
Mario Liverani. El antiguo Oriente. Crítica, Barcelona, 2008.
Los orígenes de la civilización. Charles L. Redman. Crítica, Barcelona, 1990.
National Geographic
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[+/-] | HOSPITALES EN LA ANTIGÜEDAD: EL SANTUARIO DE ASCLEPIO EN PÉRGAMO |
La mitología nos describe a Asclepio apoyándose en un bastón con una serpiente enroscada. En el mundo griego antiguo las serpientes se consideraban animales sagrados, transmisores de la voluntad del dios y símbolo de las virtudes medicinales de la tierra; así, se creía que si una serpiente lamía los ojos de un enfermo podía curarle la ceguera. De su imagen como animal sanador nos cuenta la leyenda que estando Asclepio atendiendo a Glauco -casi moribundo- apareció una serpiente a la que Asclepio mató con una vara; en ese instante, otra serpiente entró en la habitación llevando unas hierbas con las que revivió a la serpiente muerta. Ante estos acontecimientos, Asclepio le dió las hierbas a Glauco y le salvó de la muerte.
El báculo de Asclepio con la serpiente enroscada, o Esculapio para los romanos, es el origen del emblema clásico de la medicina que simboliza el efecto benefactor de la misma y el poder curativo del dios, aunque el caduceo de Hermes consistente en una vara con alas y dos serpientes entrelazadas sea hoy el símbolo más utilizado.
Durante mucho tiempo, el culto a Asclepio motivó la construcción de un gran número de santuarios (unos trescientos veinte) que, a su vez, eran hospitales y escuelas de medicina. Entre los más conocidos están los yacimientos de Epidauro, Tricca, Atenas y Delfos en la Grecia continental, Lében en Creta, Esmirna y Pérgamo en Turquía, Cirene en el norte de Libia, y Mesene en la isla de Sicilia. En España se encuentran los restos de uno de estos templos-hospitales o santuarios de curación en Ampurias (Gerona). Los romanos, en el siglo III a.C., importaron el culto a Asclepio transformándolo en Esculapio y construyendo un santuario-hospital en la isla Tiberina.
"Fue este dios socorredor y algo charlatán, pero bondadoso o, por decir mejor, fueron sus sacerdotes los que monopolizaron la medicina griega hasta el siglo V. Sólo en tiempos de Pericles asomó la medicina laica. El verdadero fundador fue Hipócrates, si bien [...] antes que él, en Crotona, había habido otro, Alcmeón, formado en la escuela de Pitágoras, al que se atribuye el descubrimiento de las trompas de Eustaquio y el nervio óptico [...] Hipócrates [...] era célebre por aforismos como: "El arte es largo, pero el tiempo es fugaz", que dejaba a los pacientes con reumatismos y sus jaquecas, pero que les sugestionaban". (Indro Montanenelli, Historia de los griegos.)La antigua ciudad de Pérgamo, actual Bergama, estaba situada en el noroeste de Asia Menor, en la actual Turquía, a 30 kilómetros de la costa del mar Egeo, en la región de Misia. Los restos arqueológicos demuestran su ocupación desde el año 3000 a.C. Durante el período helenístico (desde la muerte de Alejandro Magno en el año 323 a.C. hasta el año 31 a.C., época de Augusto en Roma), Pérgamo es, junto con Alejandría, uno de los centros culturales, científicos y médicos más importantes.
La acrópolis fue fortificada entre los siglos V y IV a.C. y en ella se encuentran los restos de la biblioteca de Eumenes II (197-159 a.C.), una de las bibliotecas más importantes de la antigüedad junto a la de Alejandría y la de Éfeso, y que llegó a tener unos 200.000 volúmenes. Eumenes decoró la biblioteca con esculturas de los dioses y sabios de la época (Homero, la poetisa Safo y la diosa Atenea Pártenos). Los sucesivos reyes de Pérgamo -como buenos bibliófilos- se preocuparon de enriquecer los fondos de la biblioteca con las obras de escritores, filósofos y científicos de la cultura griega e hicieron posible que Pérgamo fuera uno de los enclaves más importantes del conocimiento durante la época helenística. La hegemonía de Pérgamo en la elaboración y comercialización del pergamino lleva a considerar la existencia de un gran centro de producción y especialización en la elaboración de este nuevo soporte mediante el tratamiento de las pieles con un proceso de lavado, raspado y secado para convertirlas en los conocidos rollos de pergamino, más flexible y resistente que el papiro, de ahí que este material tomara el nombre de la ciudad. Aunque origen del pergamino se remonta a Oriente 1.500 años antes de la existencia de Pérgamo, sin embargo es esta ciudad la que generaliza su uso en la misma época en que aún seguía usándose el papiro como soporte de la escritura en los otros grandes centros de las ciencias y las artes como Alejandría.
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Sin embargo la pieza más destacada de yacimiento, el maravilloso altar de Zeus dedicado a Atenea Niceforos, erigido por Eumenes II para conmemorar sus victorias contra los gálatas, no se encuentra en su ubicación original sino que se expone en el Museo de Pérgamo de Berlin, Alemania.
El conjunto recuerda un moderno balneario, con sus fuentes, gimnasios y baños, pero cuenta también con un odeón donde se celebraban conciertos con el propósito de aplicar una especie de protomusicoterapia -heredera de la corriente pitagórica- para la mejora de los enfermos. El hospital estaba rodeado de bosques y jardines en los que los sacerdotes cultivaban las plantas sagradas de Asclepio (plantas medicinales).
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José María López Piñeiro (La medicina en la historia) señala que los templos de Asclepio nunca fueron centros de asistencia laica y, en este contexto, habría que explicar el origen de la medicina racional griega por la confluencia de las interpretaciones de los filósofos presocráticos con las experiencias clínicas acumuladas por los asclepíadas o miembros de las agrupaciones de practicantes de la medicina que se acogían al patronazgo de Asclepio.
En los santuarios de Epidauro y de Pérgamo se crearon escuelas de medicina donde practicaban los descendientes de Asclepio, denominados asclepíadas, e Hipócrates, padre de la medicina, es uno de ellos. De las escuelas de los santuarios de Asclepio surgen los primeros estudios botánicos.
Sabino Perea Yébenes (Santuario Hospital de Asclepio en Pérgamo [Noticia de Rufo de Éfeso, en Oribasio]) hace mención a un tratado de Rufo de Éfeso, médico del siglo I, recogido en las Collectione Medicae de Oribasio de Pérgamo, donde se relata la curación milagrosa de Teucro de Cizio, aquejado de epilepsia, en el santuario-hospital de Asclepio en Pérgamo: Teucro viaja a Pérgamo para consultar a Asclepio sobre su epilepsia y el dios le pregunta si estaría dispuesto a cambiar sus dolencias actuales por otras. Teucro respondió que prefería curarse pero, si no había otra solución, le gustaría saber las incomodidades futuras y Asclepio le indicó que serían más ligeras. Teucro aceptó la nueva enfermedad, una fiebre cuartana, y quedó curado de la epilepsia. Se trata de una terapia de sustitución. La figura de Asclepio se humaniza al establecer el diálogo con el paciente y al ofrecerle una alternativa razonable para su dolencia. Rufo de Éfeso ya es un médico hipocrático y, al narrar este caso en el que la humanización de Asclepio rebaja el rol sagrado de la epilepsia -considerada en la antigüedad una enfermedad de los dioses- sin negarle la condición que la enfermedad tenía de divina, concilia la tradición sagrada con la nueva medicina racional.
Se sabe por distintas fuentes que el hospital de Asclepio en Pérgamo tenía en su entrada una inscripción con la siguiente frase: "Para la grandeza de todos los dioses está prohibida la entrada de la muerte en esta plaza sagrada". Los enfermos eran examinados (clasificados) en la Gran Puerta y, si no se podían curar, no se les permitía la entrada. Los enfermos graves eran sacados del Asclepion y las mujeres embarazadas no podían dar a luz en el hospital. La idea era que nadie muriera dentro de este hospital consagrado a la curación del cuerpo y el alma bajo la advocación de Asclepio. Tenemos conocimiento de esta norma asclepiana gracias al gran viajero de la antigüedad, el griego Pausanias.
Los tratamientos que se administraban en este santuario-hospital incluían dosis de agua de la fuente sagrada, ayuno, abluciones, baños de barro, terapia de interpretación de los sueños, masajes, ungüentos, hierbas, música, danza, plegarias y paseos por los jardines. Se celebraban competiciones deportivas y batallas navales simuladas. Se inducía el sueño para que el dios, Asclepio, indicara al enfermo la causa y el remedio para su enfermedad y como los pacientes no eran capaces de interpretar el sueño acudían a los médicos-sacerdotes para su interpretación, de ahí que el diagnóstico se hiciera a través del análisis de los sueños. Las curas de sueño mediante la sugestión permitían a algunos enfermos tener "visiones nocturnas" en las que el dios Asclepio aparecía y los curaba o les indicaba el remedio para su curación. Esta terapia se denomina la incubatio y constituye la técnica más usual de curación de la medicina griega y romana entre el siglo V a.C. y el siglo II d.C.
En todos los santuarios-hospitales dedicados a Asclepio la asistencia era gratuita pero, en señal de agradecimiento por su curación, los enfermos realizaban ofrendas en metálico, según sus posibilidades y los más pudientes, además de las ofrendas en moneda, mandaban realizar exvotos con la representación de la parte curada (orejas, manos, ojos, corazón, extremidades, etc.), que ofrecían también a los dioses como prueba de su agradecimiento. En las excavaciones arqueológicas han aparecido restos de estos exvotos. Esta práctica de ofrenda votiva será seguida, como bien sabemos, en muchos cultos religiosos posteriores, incluido el culto cristiano.
Revista Científica de la Sociedad Española de Enfermería Neurológica